
El secreto mejor guardado del Bosque de Chapultepec es una canción
Hoy en el Cárcamo de Dolores hay una canción infinita que nunca se repite: es una pieza sonora del genial Ariel Guzik, que convierte las nubes, el agua, el aire y el sol en música por medio de receptores y órganos de latón. Está abierto al público y es uno de los mejores planes posibles para cualquier día.