Hay algo extrañamente familiar en la comida italiana, quizás porque suele ser sencilla y siempre generosa. Ya sea en una reunión casera, en alguna osteria o restaurante fino, la comida italiana siempre apapacha. En la San Rafael hay una miscelánea de productos italianos que se llama Partimar, y una visita basta para contagiarnos de hedonismo mediterráneo y querer cocinar y recibir amigos en casa.

La mayoría de los productos son importados de Italia, otros pocos de Estados Unidos y algunos nacionales, como el mozzarella o la burrata, que son difíciles de traer desde Italia–. La oferta es exquisita: hay etiquetas de vino italiano (que no están en la Europea), pastas que no hay en el súper, galletas y pastelillos tradicionales italianos. Además de todo ofrecen talleres de cocina los miércoles y sábado con el chef Max Menossi. Los talleres valen mucho la pena porque más allá de que casi a cualquiera le sale bien una pasta, el chef enseña a hacer combinaciones, recetas tradicionales con ingredientes más raros y los pequeños trucos para que nuestros platillos sepan un poquito a casa italiana.

Pasta, arroz, polenta

La pasta, el arroz y la polenta son la base en la gastronomía italiana y aquí los tienen variados. Hay de marcas industriales italianas y otras más caseras, como spaghetti, pappardelle, fetuccine, paccheri, rigatoni o estas mismas pero de sabores –brocoli, hongos, trufa… Con los arroces (arborio, parbolizado, vialone nano o carnaroli) hay cientos de posibilidades de risottos. También venden polenta cruda o instantánea, que es uno de los ingredientes más antiguos de Italia.

Vinos y licores

La sección de licores es casi fantástica. Hay todo tipo de licores en botellas hermosas desde Aperoll o Campari hasta limoncello o grappa italiana –el destilado del ourujo, la parte sólida de la uva–. Además, aquí se consigue el maraschino, de la marca Guiducci, una bebida tradicional italiana destilada de la cereza amarga que crece en el norte de Italia.

Otra parte de las repisas está dedicada al vino. Tienen etiquetas de denominación de origen, de uvas como sangiovese, montepulciano o barbera; vinos de mesa, ligeros –que funcionan para hacer clericot.

Aceite y vinagre balsámico

En el centro de la tienda hay una estación de aceitunas y aceite de oliva a granel de la casa. Hay natural y a las finas hierbas, y puedes llevar su propio envase o comprar uno ahí mismo. Esta muy rico (antes de comprarlo lo puedes probar), pero también venden de otras marcas como el Il Chiecino prensado en frío –que a nosotros nos gusta mucho– o aceites trufados.

Quesos y carnes frías

Es difícil encontrar buen mozzarella de bufala en la ciudad y es aún más difícil –o casi imposible– simplemente encontrar burrata (el queso como mantequilla que nos encanta). En Partimar siempre hay, solo que si quieres burrata, recomendamos hacerlo por pedido. Ambos quesos vienen del rancho mexicano Remo’s.

Somos amantes de las carnes frías y siempre estamos en busca de los que tienen buen producto. Aquí uno consigue los de denominación de origen italiano, de la marca L’Antica: salame natural, salame calabrese picante, speck, bressaloa, pancetta y piezas de prosciutto que cortan al gusto.

Salsas

Una de nuestras secciones favoritas es la de las salsas y cremas. De la marca Mutti tienen pomodoro, concentrado de pomodoro, salsa de jitomate deshidratado, arrabiata y hasta los jitomates enlatados (!). Las demás salsas, cremas y aderezos también son una delicia: de hongo porcini, alcachofa y tantos tipos de pesto que no necesariamente son color verde.

Postres  

En Partimar hay galletas típicas italianas de decenas de sabores y tipos de harinas en envolturas color pastel. Biscottos sabor amaretto, café, nutella, vainilla, trufa. O los famosos ladyfingers o savoiardi: las tiritas de pan esponjoso con las que hacen el tiramisú o comen solos con el café. Hay paquetes de la marca Balocco, que traen pasteles rellenos de chocolate, doble chocolate, avellana, o vanilla, listos para calentar y servir. En un refrigerador tienen botes de gelatto de todos los sabores: stracciatella, ferrero, café mascarpone, frutos del bosque, limón amarillo. En Partimar recomiendan comer el helado con las cerezas negras al almíbar (frutto e sciroppo de Amarena Fabbri).

Café Illy

Partimar es distribuidor oficial de Café Illy desde 1996. De hecho varios cafés y restaurantes de la ciudad son sus clientes. Tienen máquinas para espresso, moka y capuchino (de $2 mil pesos a $15 mil), prensas francesas ($599), espumadores. También tienen la clásica Bialetti (a $800 pesos) y desde luego venden las cápsulas de espresso y el café en grano o molido para prensa o cafetera. Todo esto a precio de mayoreo.

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