La panadería coreana apareció en la dieta de los habitantes de Corea del Sur apenas al final de la década de los ochenta, y se caracteriza por unir elementos de la francesa con sabores endémicos coreanos, dando como resultado piezas esponjosas con rellenos tradicionales. Al ser la zona rosa el epicentro de la cocina coreana en la ciudad, no es extraño encontrar este tipo de panaderías por sus calles, y Oppang, es un pequeño establecimiento que ofrece pan coreano que en un pestañeo puedes pasarte de largo.

Ubicada en la calle de Estocolmo, Oppang es el negocio hermano de Omandu, que estando justo a lado ofrece pan relleno al vapor y platillos coreanos desde hace varios años en la Zona Rosa. Su dueño, Jeonghun O (오 정훈),  aprendió a hornear con un amigo con experiencia y buscando recetas por internet. La panadería Oppang es minúscula, pero tiene recatados sus estantes de pan delicado, ligero, y con un sabor diferente al pan dulce mexicano, sin llegar a ser completamente extraño.

Ofreciendo panes clásicos como Soboro (concha estilo Corea), bollo de frijol dulce, panqué, mochi, trenza y rellenos de crema y nuez, sus productos son horneados al día y empaquetados individualmente. Quien trabaja ahí nos aconseja las donas de mochi, que solo se venden los viernes, y los sabores que a veces salen en cantidades limitadas como el panqué de taro o matcha.

Además de los dulces y pasteles por pedido, Oppang también tienen piezas saladas como banderillas, pizza bread, croquetas de camarón y papa, pan de ajo, y sandwich de tempura, para quien tenga poco tiempo para comer y no desee algo dulce. Al inicio de este pequeño lugar hay una estación para café, para acompañar esta fusión de estilo francés con la asiática nacida en 1988 con una bebida caliente. Mientras que en occidente consumimos pan por la mañana frecuentemente, compartimos con Corea del Sur el consumirlo también por la tarde, para la merienda y para la cena. Su dueño Jeonghun O explica que su negocio nació porque le gusta vivir en México para ampliar el mercado de pan al vapor a la gente amable con la que convive todos los días.

 

 

 

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