fanzinoteca
1 de junio 2018
Por: Carolina Peralta

La fanzinoteca escondida bajo llave en el Museo del Chopo

Este espacio dentro del Chopo dedicado a los fanzines y autopublicaciones está abierto a todos. Su acervo lo armaron con las colecciones de los más aficionados a estas publicaciones.

Los fanzines mexicanos no pudieron haber encontrado mejor casa que el Museo del Chopo. Como pocas instituciones, este museo le da continuidad y espacio a sus orígenes. La fanzinoteca es un proyecto que surgió en el museo en 2013 para reunir los fanzines y autopublicaciones, para que cualquiera pueda acceder a ellos. Aunque este gabinete de rarezas viva bajo llave, uno puede ir a visitarla cuando quiera. Por su naturaleza, armar un acervo de  así sí es una rareza: por su tipo de circulación, estas publicaciones son un acontecimiento, uno se encuentra con un fanzine si está en el tiempo y lugar adecuado.

Todo comenzó así: el museo convocó a coleccionistas de fanzines a que prestaran las colecciones que habían formado a lo largo del tiempo. Entonces las  expusieron y se organizó una serie de eventos relacionados. Así sucedieron 7 ediciones, de 2013 a 2015. Estas publicaciones se digitalizaron y otras se encuentran ahí.

El fanzine es una suerte de anti panfleto que posibilitó revoluciones contraculturales en el mundo y en México. El principio es sencillo: para materializar las ideas se necesita poco, es decir, con papel bond, tinta, una fotocopiadora y grapas se puede armar algo muy bueno. Los fanzines tuvieron su auge en los años sesenta y en México en los setenta. En ese entonces el formato era,principalmente así. Con el tiempo comenzaron a circular fanzines más elaborados; con mejores papeles, a color, a veces impresos con risografía. Pero la regla es que la reproducción sea económica y su circulación gratis, o al menos barata. El fanzine tiene que mantenerse al margen del mercado para mantener su libertad y tratar temas sin censura. Si no es así, entonces no es un fanzine. Así los encuentras en la fanzinoteca.

Los primeros en llegar al Chopo fueron ediciones Joc Doc, quienes donaron mucho de su material y hasta parte de su colección. Lo mismo hicieron algunos coleccionistas o colectivos más, y otros solamente los prestaron y viven en el acervo digital. Cualquiera que visite el museo puede tocar y hojear las publicaciones. Para poder ver los que están discos duros lo más recomendable es sacar una cita.

Fanzines, revistas independientes y otras autopublicaciones las hay de todos los años y estilos, desde los más clásicos a los que se siguen haciendo ahora –que hubo un resurgimiento del fanzine. Su variedad se debe a que la diversidad de artistas y coleccionistas que donaron sus fanzines: personalidades como Álvaro Detor “el Toluco”, la editorial Joc Doc, Miki Guadamur, Gelen Jeleton o Nick Zedd.

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