Dentro de Exit, La Librería, hay dos relojes, uno tiene la hora de España, el otro la de México; esa dualidad territorial la comparte su fundadora Rosa Olivares, que también tiene un pie en España y el otro de este lado del Atlántico, gracias a los libros. Exit está ubicada en la colonia Cuauhtémoc y cumple ocho años en la Ciudad de México.

Olivares es curadora, crítica de arte, periodista, escritora y editora de la revista especializada en fotografía, igualmente llamada Exit; comenzó a visitar el país por trabajo y encontró en la Cuauhtémoc un barrio donde se sentía agusto y la oportunidad para hacer un refugio dedicado a las personas interesadas en el arte. Así, en el 2013, convirtió un pequeño local de la calle Río Pánuco en un oasis de ensayos, poesía, revistas, literatura, catálogos o teoría. Cesar Oliveros, a cargo de la librería, lo explica mejor: “aquí hay arte y todo lo que lo atraviesa”.

Desde “Conversando con Marcel Duchamp, de Pierre Cabanne”, el primer libro de la editorial Alias, un proyecto del artista mexicano Daniel Ortega, hasta “Foucault y la Teoría Queer”, de Tamsin Spargo, o un libro intervenido por la reconocida fotógrafa Gabriela Iturbide y Dr. Lakra, esta librería abarca cine, performance, video, instalaciones, música, cuestiones de género, dramaturgia, feminismo y más, pero como mencionó Cesar Oliveros, siempre con el arte como hilo conductor, sobre todo contemporáneo y latinoamericano.

En sus estantes hay publicaciones de más de 200 editoriales, globales e independientes, y gracias a que tienen un vínculo estrecho con artistas contemporáneos venden ediciones únicas intervenidas. La venta de piezas es otra vertiente de Exit, por eso crearon Gabinete Fotográfico, un espacio para los coleccionistas donde pueden adquirir fotografías realizadas exclusivamente para la librería, a precios asequibles, por algunos de los mejores artistas actuales como Esther Ferrer, Andrés Serrano o Adam Wiseman, entre otros.

Exit, más que una librería, es un escaparate para cualquiera que se dedique al arte y al mismo tiempo, es un remanso para adictos al arte, creadores, profesores o estudiantes, relacionados al gremio, así como cualquier curioso que pasa frente a su gran ventana.

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