El hotel Geneve no ha cerrado sus puertas desde hace 112 años, y se considera el primero en México en ofrecer todos los servicios de un hotel como lo conocemos hoy. Célebres personajes desfilaron por ahí, tomaron café, bailaron polka, se casaron, conspiraron, se hospedaron y comieron el primer sándwich de la Ciudad de México. De hecho, la Zona Rosa se empieza a construir alrededor de él para dar servicio a los primeros turistas nacionales y extranjeros que nos visitaron.

Hotel Geneve

Hotel Geneve

No sólo era el hotel más vanguardista y elegante, también fue el primero en hospedar a mujeres solas, sin la compañía de un hombre. Por esto y muchas cosas más (como el bar de teléfonos antiguos donde puedes hablar con Porfirio Díaz), en 2007 se convirtió en Hotel Museo y en verdad vale la pena recorrerlo y apreciar su legado de historias y muebles originales de aquella época que nos hacen viajar en el tiempo.

El arquitecto canadiense Thomas Sinclair Gore empezó a construir las primeras dos torres del hotel,  llamadas Liverpool y Amberes, en 1896. Al principio iban a ser departamentos para renta,  pero como esto era en el campo (la ciudad todavía no llegaba hasta ahí), el plan fracasó. Porfirio Díaz les dio la idea de convertirlos en un hotel “como los de Europa” en los que se ofrecían todos los servicios que actualmente conocemos.  En ese momento solo existían en México las casas de huéspedes.

1907, Hotel Geneve, el primer hotel de México

Así es como en 1907 comienza la historia del primer hotel en México. Tenía recepción, operadora, barbería, cancha de tenis, cine, sastrería, servicio de taxis y cuartos con baño y agua caliente. Además, fue uno de los primeros lugares de la ciudad con electricidad, bar y un restaurant con comida internacional.

Hotel Geneve

A su alrededor solo había campo (la ciudad más transparente), pero poco a poco empezó a crecer, y se creé que gracias a él se construyó lo que hoy conocemos como Zona Rosa, pues se requerían lugares para que los huéspedes pudieran pasear y divertirse.

Los señores Gore, arquitectos y dueños del Hotel Geneve, promocionaron su hotel en los trenes canadienses y el turismo comenzó a proliferar. Los extranjeros se infatuaron con él y así, de boca en boca, lograron estar llenos todas las temporadas de vacación. Todo el sótano eran caballerizas para guardar las carrozas de los turistas.

En Geneve había música todo el tiempo y fue punto de reunión para turistas, intelectuales, músicos y artistas. Marlon Brando vivió ahí durante el rodaje de Viva Zapata; Diego Rivera citaba a sus musas en la misma habitación para retratarlas y Antonieta Rivas Mercado se casó en uno de sus salones de fiesta. También pasaron por allí Sophia Loren, Julio Cortázar, Carlos Monsiváis, José Luis Cuevas, Luis Barragán, Franz Mayer, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa y Paul Newman.

La Revolución y el primer sándwich de México

sándwich en el hotel geneve

Cuando estalló la Revolución Mexicana, el Hotel Geneve se convirtió en refugio. Era una zona neutral donde se hospedaban sin temor los extranjeros, e incluso algunos mexicanos de poder. De hecho, un recibo confirma que el 20 de noviembre de 1910, Porfirio Díaz desayunó con su familia en el restaurante del hotel para aparentar que no pasaba nada. En este año también se sirvió el primer sándwich de México, gracias a que la dueña del hotel lo probó en un viaje a Londres y que nuestra querida Pastelería Ideal ya ofrecía pan de caja. .

Las 4 suites de época

Actualmente hay 226 habitaciones, cuatro son suites de época: La Winston Churchill (pues fue uno de los huéspedes más distinguidos); la Porfirio Díaz (porque él fue el de la idea); la Frida Kahlo (porque su padre, Guillermo Kahlo, fue el primer fotógrafo del hotel) y la Charles Lindbergh, primer aviador en cruzar el Atlántico (porque fue un huésped frecuente y era novio de la hija del Embajador de Estados Unidos en México).

En 1985 el banco embargó el hotel de las hijas del señor Gore porque no pagaron un préstamo. Al decomisarlo, Banamex encontró cientos de centenarios de oro en una bóveda del sótano, que desde luego habrían pagado su deuda, pero quizás las hijas nunca lo supieron. Después de esto, Grupo Carso compró el hotel y lo convirtió en Hotel Museo. En esta transición encontraron, también en el sótano, la factura de un piano que perteneció a Agustín Lara y que se encuentra ahorita en el Phone Bar.

Recorridos guiados y salones privados en el Geneve

Hotel Geneve

El Hotel Geneve tiene un cine con 24 butacas y dos salones que se rentan para eventos privados, y recomendamos mucho las opciones. También hay recorridos guiados por el concierge, quien porta un uniforme de época. Pregunten por Ariel en la recepción y, si está disponible, amablemente los llevará por los pasillos, les mostrará el retrato de Porfirio Díaz y les contará mil historias ocurridas en este espacio de la calle Londres, en la Zona Rosa.