Se han cumplido 54 años de aquella tarde de 1968, cuando el Estadio Olímpico Universitario vivió la inauguración de la 19º edición de los Juegos Olímpicos de Verano. Las sedes que alguna vez repartieron medallas hoy sirven como centros de entrenamiento y recreación. Repasemos la historia de 5 de estas obras y qué ha sido de ellas tras la gloria olímpica.

En el 68, el Comité Organizador tuvo que edificar, en tiempo récord, inmuebles complementarios para que las competencias se llevaran a cabo en tiempo y forma. Y aunque el gobierno local presumía de una “sólida macroeconomía”, lo cierto es que esos Juegos Olímpicos son recordados, entre otras controversias, por su limitado presupuesto y la convicción de construir instalaciones que, en palabras del propio Gustavo Díaz Ordaz, “tuvieran una utilidad social permanente y no sirvieran exclusivamente de motivo de lucimiento durante unos cuantos días”.

Villas Olímpicas

Villa Olímpica Miguel Hidalgo, 1968.

Existieron dos villas que batieron récord en tiempo de construcción (455 días), bajo el equipo de arquitectos encabezado por Héctor Vázquez: La Villa Olímpica Miguel Hidalgo y la Villa Olímpica Narciso Mendoza.

Villa Olímpica Miguel Hidalgo ahora.

La primera, la más importante, está ubicada en Tlalpan, entre Insurgentes y Periférico, y sirvió como alojamiento de atletas, oficiales y prensa. Consta de veintinueve edificios que reúnen un total de 5,044 habitaciones en 904 departamentos. Además de lo anterior, fue acondicionada con anfiteatro, pistas de tartán, dos gimnasios y campos de entrenamiento. Una vez concluido el evento, los departamentos se vendieron en régimen de propiedad en condominio y actualmente siguen ahí bajo el nombre de Unidad Habitacional Villa Olímpica. Las instalaciones deportivas fueron abiertas al público bajo el nombre de Centro Deportivo Villa Olímpica.

Villa Olímpica Narciso Mendoza, 1968.

La Villa Olímpica Narciso Mendoza está en el sureste de Tlalpan, entre Acoxpa y Miramontes, y ocupó los bloques 1 y 3 de la Gran Unidad Habitacional Narciso Mendoza. Sus 686 casas y 470 departamentos alojaron a jueces, árbitros y miembros de la olimpiada cultural; al finalizar la olimpiada, los inmuebles fueron puestos a la venta. Actualmente la villa permanece ahí bajo el nombre de Unidad Habitacional Narciso Mendoza.

Villa Olímpica Narciso Mendoza, hoy.

Palacio de los Deportes

Un mes antes de que arrancaran los juegos se inauguró el Palacio de los Deportes, que la prensa extranjera llegó a llamar ‘El Palacio de los mil soles’ por la espectacular manera en la que reflectaba la luz del sol. Bajo el liderazgo del arquitecto Félix Candela, e inspirado en el Palacio de los Deportes de Roma de Pier Luigi Nervi; la cúpula geodésica obedece a su afamada solución estructural de cascarones de concreto, basados en el paradigma del paraboloide. Por fuera está recubierto de cobre, con la intención de abarcar grandes superficies con un material liviano y libre de columnas. En su exterior, se encuentra el conjunto escultórico ‘Osa Mayor’ de Mathias Goeritz.

Durante los Juegos Olímpicos del 68 fue sede de las competencias de baloncesto y, después, llegó a alojar corridas de toros y ferias comerciales. En la actualidad es administrado por Grupo CIE y muy poco queda ya de sus orígenes deportivos, pues la mayoría de las veces es utilizado para conciertos.

Velódromo Olímpico Agustín Melgar

Fue diseñado por el arquitecto Herbert Schurmann y sirvió para llevar a cabo las competencias de ciclismo en los Juegos Olímpicos. Su pista fue recubierta por una madera traída de África llamada Doussie afzeiba, famosa por su resistencia a la intemperie. Años después fue reemplazada por hormigón. Tras la gloría olímpica cayó en el abandono y en 2015 recibió un estímulo de $29 millones de pesos para su recuperación.

En la actualidad su cancha se utiliza para disputar algunos partidos de fútbol y la pista sigue recibiendo a los entusiastas del ciclismo.

Alberca Olímpica Francisco Márquez

También inaugurada un mes antes de los Juegos Olímpicos, aquí se vio ganar al mexicano Felipe “El Tibio” Muñoz la medalla de oro en los 200 metros estilo pecho. El diseño de la alberca destaca por sus techos suspendidos en forma cóncava, con ausencia de columnas, que permiten al espectador un campo visual completo. En el marco de su 40º aniversario recibió un apoyo de 53 millones de pesos para recuperar la majestuosidad que tuvo en los olímpicos y se re inauguró en 2019.  

Construcción de la Alberca Olímpica, 1968. Bob Schalkwijk Photography.

Por su carácter histórico es una instalación resguardada por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y ofrece actividades acuáticas y otras 20 disciplinas.

Gimnasio Olímpico Juan de la Barrera

El Gimnasio Olímpico Juan de la Barrera, junto a la Alberca Olímpica Francisco Márquez, se concibieron como un mismo conjunto deportivo buscando reducir costos. La estructura cuadrangular cimentada en concreto armado y cables de tensión también se terminó en tiempo récord, tomando solamente 521 días. Aquí se llevaron a cabo las justas olímpicas de voleibol y, durante 50 años, fue el escenario de otras competencias deportivas de baloncesto, gimnasia, lucha libre y hasta de conciertos, siendo uno de los más famosos el que ofreció Soda Stéreo en 1993. 

En 2017 la alcaldía Benito Juárez remodeló el inmueble para que el equipo Capitanes de la Ciudad de México de la Liga Nacional de Baloncesto Profesional lo hiciera su casa. Al momento de su reestructuración fue ampliamente alabado por conservar el mayor número de elementos de la década de los sesenta, comparado con las otras sedes olímpicas.