La Riviera del Sur, esa cantina enorme que cuando abrió fue una fiesta constante y luego, quizás por descuido, disminuyó su auge, ha cambiado de chef. Y la noticia nos viene bien. Su propuesta gastronómica sigue siendo la misma, pero la calidad volvió a lo que recordamos que fue al principio. O quizás mejoró.
No es que su chef anterior no lo hiciera bien. De hecho, una de las características de la Riviera es su rica variedad de comida yucateca, pero, como todo, necesitaba una buena renovación. Y aquí entra el chef Cristian Sánchez que, sin hacer un salto radical, le dio una nueva identidad a la propuesta de la cantina.
Menú
El nuevo menú resalta la materia prima de la cocina yucateca: el maíz, el chile güero, el pavo y el puerco. Y, por supuesto, las salsas; de chiltomate, de cebolla morada con jugo de naranja agria y de puro chile habanero tatemado.
Sopa de lima y margarita de naranja.
Chile xcatic.
Los tacos de cochinita que sirven ahora son mucho más generosos y con una tortilla gruesa pero suave. Sin embargo, lo verdaderamente bueno viene al levantarlo del plato, pues de la tortilla se escapa el jugo espeso que es señal infalible de una cochinita bien preparada. Otro gran acierto son los tacos de poc chuc, cuya carne pasa por un proceso de marinado en jugo de naranja agria que dura al menos un día completo. Al cocinarla, los sabores del cerdo se vuelven tenues y la carne obtiene el tono amarillo tan característico del platillo.
Tacos de cochinita y poc chuc con un panucho de chilmole.
Marquesita, pan de elote y arroz con leche.
Algo que todos vamos a agradecer es el regreso de las marquesitas a su sección de postres. Antes había un carrito afuera donde las vendían aparte, pero siempre llegaba la policía a tratar de quitarlos a pesar de que tenían el permiso para estar allí. Ahora se integraron al restaurante y fue un movimiento que celebramos. Aparte de las marquesitas, hay postres muy especiales, como el pan de elote y el arroz con leche. Lo cierto es que no importa si los platillos son nuevos o tienen tiempo en el menú de la Riviera, con un nuevo chef siempre vienen cambios: se acentúan algunos sabores y otros se vuelven más discretos, pero descubrir todo eso es tarea de los comensales. Le auguramos una buena segunda vida.
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