tinamodotti
19 de diciembre 2018
Por: Paola Martínez

La tumba de Tina Modotti en el Panteón de Dolores

En un campo de tumbas mal cuidadas y abandonadas, entre la yerba crecida, las hojas secas y la basura apilada, encontrarás el sitio donde descansan los restos de la fotógrafa y activista revolucionaria Tina Modotti. Su tumba pasa casi desapercibida; es un rectángulo sencillo hecho de cemento ya cuarteado y oscurecido por el tiempo. No hay esculturas funerarias barrocas ni cruces elaboradas, sólo un perfil de Tina tallado sobre la lápida por el artista plástico Leopoldo Méndez y un epitafio incompleto grabado en el cemento que le dedicó el poeta Pablo Neruda en su muerte. También hay un marco de aluminio agregado recientemente en algún homenaje que contiene el epitafio íntegro. El primer párrafo del epitafio dice así:

Tina Modotti, hermana, no duermas, no, no duermas
tal vez tu corazón oye crecer la rosa
de ayer, la última rosa de ayer, la nueva rosa.
Descansa dulcemente, hermana.
La nueva rosa es tuya, la nueva tierra es tuya:
Te has puesto un nuevo traje de semilla profunda
Y tu suave silencio se llena de raíces.
No dormirás en vano, hermana.
Puro es tu nombre, pura es tu frágil vida
De abeja, sombra, fuego, nieve, silencio, espuma,
De acero, línea, polen, se construyó tu férrea,
tu delicada estructura.

Sobre la lápida, encima del dibujo y del epitafio, a veces alguien coloca una ofrenda de alcatraces como los que a ella le gustaba fotografiar. Se nota que esa persona le profesa mucha devoción, pues acomoda los alcatraces en forma de triángulo de manera muy meticulosa.

Resulta curioso que Tina esté enterrada en la sección más pobre del Panteón Civil de Dolores, rodeada de gente “común y corriente”, y no en la Rotonda de las Personas Ilustres, como su fama de fotógrafa y luchadora social lo amerita. Esto es seguramente reflejo de su espíritu libre, sencillo, justo, rebelde y comunista que la caracterizó en vida.

Ya casi se cumplen 80 años desde su muerte. Tina murió de un ataque cardíaco en un taxi en la Ciudad de México el 5 de enero de 1942. Cuentan que la enterraron envuelta en una bandera adornada con la hoz y el martillo en el mismo lugar donde hoy descansan sus restos. Así termina la vida de una mujer revolucionaria que tan sólo duró 46 años; una vida tan intensa que es difícil sintetizarla en un párrafo.

La vida de Tina

Tina nace en Undine, Italia, en el año de 1896 en el seno de una familia de bajos recursos. Se ve obligada a trabajar desde los 12 años en una fábrica de textiles. A sus 17 emigra con su familia a California donde trabaja en una fábrica de seda y después cómo modista. Ya para sus 21 se casa con el poeta y pintor Roubaix de l’Abrie Richey e incursiona en Hollywood como actriz de cine mudo. Su matrimonio dura poco, pues su esposo muere de viruela. Para entonces ya era modelo del fotógrafo norteamericano Edward Weston, con el que tiene una relación amorosa y aprende a usar la cámara. En 1922 viaja a México por primera vez y conoce a Diego Rivera, Frida Kahlo y David Alfaro Siqueiros y entabla una amistad con ellos. Desde su llegada, se conmueve al ver la explotación en la que vive la clase trabajadora del México posrevolucionario, se vuelve militante del partido comunista y lucha incansablemente por los ideales de justicia e igualdad. Al mismo tiempo profundiza en su lenguaje fotográfico y toma fotos de contenido social con un sentido estético muy refinado. Trabaja para la revista Folklor Mexicano como editora, fotógrafa y colaboradora. En 1928 conoce al dirigente estudiantil cubano Julio Antonio Mella en una manifestación y comienzan un romance. Mella es asesinado un año después y a ella la acusan de ser cómplice del asesinato, pero más tarde la declaran inocente. También la acusan de complicidad en el intento de asesinato del presidente Pascual Ortiz Rubio por lo que finalmente es deportada a Alemania. De allí viaja a la URSS donde se encuentra con Vittorio Vidali, político y militante comunista italiano, y participa en el Socorro Rojo Internacional, abandonando la fotografía por el activismo político y el servicio social. En 1934 se traslada a España y se incorpora a las Brigadas Internacionales para luchar en contra del fascismo. Allí también trabaja como reportera para el diario republicano Ayuda y para la Cruz Roja hasta el fin de la Guerra Civil Española. En 1939 regresa como asilada a México donde continua con su fotografía y su actividad política hasta su muerte.

Cómo encontrar su tumba

Encontrar la tumba de esta gran mujer en el Panteón de Dolores, el más grande de la Ciudad de México, no es tarea fácil. Primero tienes que dirigirte al cementerio ubicado en la segunda y tercera sección del bosque de Chapultepec y ubicar la puerta Florencio Miranda que está sobre Avenida Constituyentes. Allí, a unos cuantos metros, cerca de la calle Justo Sierra, está la tumba de Tina, que según la clasificación del panteón es clase 5, lote 5, línea 28 y sepultura 26. O si de plano temes perderte, mejor busca a uno de vigilantes del cementerio que tiene motocicleta y pídele que te lleve al sitio exacto donde está la tumba, a cambio de una propinita.

Ya que estás en el cementerio aprovecha para merodear entre las tumbas y disfrutar del silencio, de la naturaleza, del arte funerario, de los rituales de la gente que visita a sus muertos y de los objetos y las flores que les ofrendan. La experiencia resulta muy conmovedora.

 

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