Sobre la calle de Protasio Tagle hay un local. Exhibe un letrerito blanco con la imagen de un cangrejo y una lata que, como a un barco que divisa la bandera amiga, nos indica que hemos llegado a buen puerto. Se trata de Ultramarinos, una creación más de Patricia Conde, la fundadora de Papagayo Café
, y es un lugar perfecto para beber vinos en la San Miguel Chapultepec.
Las tiendas de ultramarinos tienen su origen en España. En estos comercios se vendían los productos que desembarcaban de América tras cruzar el mar, como café o especias. Productos más allá del mar: de ahí proviene su nombre, ultramarinos. En México también existen, aunque en este caso se trata de alimentos, vinos y conservas provenientes de Europa.
Patricia, originaria de Tamaulipas, creció visitando tiendas de productos de ultramar, así que la creación de este lugar fue muy natural. El proyecto tomó dos años de preparación, en parte por el proceso de curaduría de productos, pero también porque Patricia recolectó diversos objetos durante sus viajes, creando una pequeña colección de memorias marinas. Así, Ultramarinos se constituye como un proyecto muy personal en donde convergen vinos, latas y recuerdos.
La latería y los alimentos que encuentras en Ultramarinos son testimonio de una curaduría que recorrió el mundo. Hay productos españoles, portugueses o italianos, entre latas de conservas, salsas y pastas. Puedes comprar las latas y llevarlas a casa, pero parte del encanto de Ultramarinos es comer en el lugar y acompañar la lata de tu elección con hummus, crackers o pan hecho en casa. Nosotras probamos las patatas fritas enlatadas de la marca gallega Bonilla a la vista. Son famosas por estar fritas en aceite de oliva 100% español y filtrado en cada turno de frito. También probamos unas deliciosas crackers hechas en casa.
Una colección de memorias líquidas
El menú de bebidas le ha dado a la San Miguel Chapultepec
una gran selección de vinos naturales y cervezas artesanales. En esta ocasión probamos un Canetta tinto, que es un vino natural enlatado. Además de las botellas y latas de vino y cervezas, cuentan con un menú de cocteles y mocktails, inspirados en diferentes recuerdos y personas cercanas a Patricia. Por ejemplo, El Brujo Mito —una mezcla de vermut Punt e Mes, bitter, piña y coco infusionado— está inspirado en el bisabuelo de Patricia, mientras que Il Tutti va bene —shrub de pepino con infusión de genmaicha— hace referencia a un velero. Patricia nos recomendó La Pelirroja —su versión del bloody mary—, que es como la conocen en su familia.
Los interiores de Ultramarinos fueron diseñados por Priscila Tierno Alzaga, que creó un espacio acogedor y propicio para la charla privada, pero con una barra que se presta para platicar con quien sea. La identidad gráfica estuvo a cargo de Miralda Sandoval Sampogna, de Mandíbula Studio. Para Patricia es importante construir junto a otros proyectos liderados por mujeres.
Ultramarinos se ha convertido en un espacio de reunión importante para charlar y beber vinos en la San Miguel Chapultepec. Allí, lxs vecinxs platican mientras disfrutan de un trago casual en miércoles por la tarde, lejos del bullicio de colonias como la Condesa. Si buscas un plan relajado, Ultramarinos es un buen lugar.
Gob. Protasio Tagle 78, San Miguel Chapultepec
Martes a sábado | 1 — 11 pm: _ultramarinos