Como si fuera un acto de rebeldía, Tacos de Ciudad abrió en una icónica esquina de la Condesa para servir algo de lo que se carecía notoriamente en la colonia: un buen taco de suadero, de tripa, de trozo. Con un look aesthetic, un patrón de cuadros rosas y verdes y una tipografía nostálgica de los años 70, en Tacos de Ciudad no olvidan que en las taquerías solo importa el trompo de pastor y que las salsas piquen rico. Muy al contrario de lo que se puede pensar, este lugar es una verdadera joya de la comida callejera. 

Quizá una de las mejores sorpresas de Tacos de Ciudad es que tienen un queso (delicioso, delicioso gouda) importado desde Países Bajos que eleva cualquier gratinado: ese es el caso del yanqui, un taco de suadero sobre tortilla de harina y un buen pedazo de queso que cubre toda la carne como un manto celestial. El resultado es una mordida a un taco que, de pronto y sin advertencia, recuerda que todo está bien, que la vida no tiene nada de malo. La gringa, de pastor por supuesto, es otro de los tesoros de este lugar: un perfecto balance entre verdura (cilantro y cebollita), piña, ese queso increíble y tortillas de harina. 

Sin embargo, como deuda pendiente de la zona, Tacos de Ciudad promete (¡y cumple con creces!) con servir el mejor suadero de la colonia. No nos preocupa desgastarnos en una interminable discusión sobre si es o no el mejor suadero de la ciudad, la cuestión es que era inconcebible una Condesa sin suadero y el problema ya se solucionó. De los tacos de tripa, trozo y lengua uno sale sabiendo que México es el mejor país del mundo (en alguna época dirían que se imaginaron cosas chingonas): la mejor salsa que ofrecen es la verde cruda, cuyo picor y acidez solo mejoran la carne. 

Las bebidas, nada extraordinario, son como las que ofrecen en cualquier taquería que se respete: refrescos, aguas de horchata o jamaica. Pero hay algo que distingue a Tacos de Ciudad, ya de por sí un destello en la mancha urbana que es la Condesa: sus aguas minerales, burbujas cuya labor es acompañar al buen taco, tienen el diseño más bonito que he visto últimamente. De eso se trata todo, en todo está lo bello, lo bello se encuentra en todo lo que vemos. 

Tacos de Ciudad no es una promesa rota o inacabada, tampoco es una mentira, se trata de un refugio, un acto de resistencia y hasta una vuelta al origen, a aquellas noches de la infancia en la que papá llegaba cansado de trabajar y nos miraba con ojos cristalinos, a punto de llorar en contra de su voluntad, y decía vamos a cenar para luego llevarnos a una taquería que solo servía suadero y abrazarnos cariñosamente en el regreso a casa, ya de madrugada. Tacos de Ciudad se siente así: volver a lo que éramos antes de que esta urbe se transformara en algo irreconocible. 

@tacosdeciudad

Vicente Suárez 110, Condesa
Domingo a miércoles | de 1 a 12 pm
Jueves a sábado | de 1 pm a 4 am