En Acapotzalco hay un lugar de puras conchas. La Conchería –su nombre no podría dejar todo más claro– nació por el éxito de los panes de muerto rellenos que servía el restaurante once 28 (que lleva más de 20 años en la colonia). El pan relleno tenía tanto éxito que necesitaron más espacio y así nació La Conchería.
En La Conchería hay desde un bolillo delicioso o barras de pan rústico hasta postres de alta repostería, aunque lo más popular son las conchas rellenas, que tienen su propia historia. El chef Raúl Linares cuenta que hace unos seis años empezaron a hacer pan de muerto con un relleno de nata; después llegó diciembre y decidieron ponerle el mismo relleno a la rosca de reyes.
La voz se corrió rápido y esa temporada las personas llegaron desde Toluca y Texcoco a hacer filas de más de una hora para llevarse una. Así llegó la idea de combinar las conchas con el popular relleno: nata tradicional con crema de vainilla de Papantla, perfumada con un ron de Las Antillas y el toque secreto de la casa.
En el menú de La Conchería hay conchas de chocolate y relleno de trufa de chocolate oscuro (ligeramente envinado con tequila); de mazapán e interior de nata montada en crema de maní o rellena con frutos rojos frescos. La consentida de la casa es la de vainilla con el famoso relleno de nata original. Además, cada dos meses preparan una concha de temporada: este mes hay de duvalín y próximamente tendrán una con relleno de nogada.
Los pasteles de La Conchería también son deliciosos y el que más recomendamos es el de tres leches. El chef cuenta que el jarabe es la receta que su abuela aprendió en un convento de monjas y modificó poniendo vainas de vainilla en lugar de jarabe. También la tarta de seis texturas de chocolate: bizcocho de chocolate húmedo, ganache cremoso de chocolate con mousse y glaseado de chocolate y cacao con polvo de oro.
No nos cansamos de decir que Azcapotzalco, por la variedad y calidad, es probablemente el mejor lugar para comer en la Ciudad de México. La Conchería se suma a esto. Ahí cada postre es una pequeña obra de arte que combina color, diseño y textura. Ya sea que uno elija una concha o un pastel, para acompañar hay café de Chiapas y Veracruz, malteadas, tés o tisanas dependiendo del clima o del ánimo. Si alguien quiere algún postre especial o pedidos grandes, también tienen servicio para eventos sobre pedido.
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