Me siento frente a un vaso de elixir herbal y, por un instante, todo se desacelera. Esa sensación de calma es lo primero que te regala KUSA, el refugio de bienestar en la Roma Norte, justo frente al Jardín Pushkin. No es solo una cafetería ni un bar sin alcohol: es un espacio donde las plantas, los sabores y la comunidad se encuentran para reconectar y para celebrar el bienestar con el poder de las plantas, los hongos y los alimentos.
Mis ojos de verdad no podían creer lo que veían, una carta donde absolutamente todas las opciones me llamaban. Y es que como yo lo percibí, es que Kusa es un espacio que celebra la salud de tu cuerpo a través de la correcta nutrición del mismo. Pócimas y elíxires herbales hechos a base de hierbas y adaptógenos que tienen diferentes propósitos como el de mejorar tu sistema nervioso y darte claridad mental, o ayudar con la digestión y hasta un tónico hepático y renal. También hay fresquitos que son básicamente refrescos sin azúcar hechos con ingredientes como carbón activado, encurtido de fresa casero, tintura de lavanda o una infusión de té negro y hasta fermento de betabel. Están las sodas naturales, estas son encurtidos hechos en casa con agua mineral y van acorde a la temporada.
Hay cosas más tradicionales como bebidas calientes, café, chai, cacao y obvio, infusiones herbales. Pero también hay tragos más completos como los batidos funcionales, perfectos para después de hacer ejercicio, por ejemplo.
Cada bebida que pruebes está pensada para acompañar un momento del día. Y lo mejor: todo sabe increíble, de verdad sientes como si estuvieras tomando “salud”. No se trata solo de beber, sino de convertir un gesto cotidiano en un pequeño ritual de autocuidado.
Me siento a probar un Elixir Corazón y un Batido Antigripal que acompañé con un toast verde: pan de masa padre con pesto casero de albahaca, corazones de alcachofa, jocoque artesanal, brotes de amaranto y jitomate cherry. Las sopas, los puddings de chía, los panqués y galletas también siguen esa misma filosofía: nutrir, dar energía real y cuidar tu microbiota, todo con honestidad y sabor.
El espacio mismo es un refugio: madera cálida, cerámica, libros, flores y pequeños guardianes que conviven en un ambiente inspirado en la armonía japonesa. Y si quieres llevar un pedazo de esa filosofía a casa, su tienda viva tiene desde tinturas – que te recomiendo ampliamente – y fermentos hasta chocolates, velas y productos naturales de cuidado personal, cuidadosamente seleccionados para inspirar bienestar en lo cotidiano.
KUSA también es comunidad: cada mes ofrecen talleres y experiencias colectivas —herbolaria, ayurveda, ilustración botánica, fermentos, aceites esenciales y más— guiados por especialistas y creadores que comparten la filosofía del proyecto: el bienestar empieza en lo compartido.
Detrás de este lugar están Karla Moles, Alan Ibarra, Luis Sánchez y Paula Amor, un equipo con experiencia en hospitalidad, producción y cultura que combina sabor, salud y calidez en cada detalle.
Salir de KUSA es difícil. Te llevas la calma, el sabor y la sensación de que reconectar contigo y con la naturaleza también es posible en medio de la ciudad. Y sabes que siempre puedes regresar: este rincón secreto de la Roma te espera, listo para tu próxima pausa.
@kusa.mexico
Morelia 97, Roma Norte
Mar a Vie: 11am a 7pm | Sáb: 10am a 7pm | Dom: 10am a 6pm