“Come rico, come diferente” es un dicho ruso y el emblema del restaurante Kolobok, que abrió su tercera sucursal muy cerca de la Embajada Rusa, y está hecho con mucho amor. Su comida (los blinis y las empanadas son dignos representantes de lo delicioso que cocinan allí) y su historia respaldan esto.

Nikolay Leonov, el dueño, llegó junto con su esposa e hijos hace 20 años desde Rusia. Su plan era vivir en Canadá pero no pasaron la entrevista de migración así que se quedaron aquí. Y así, sin saber español, cada uno de los integrantes de la familia consiguieron trabajo de lavalozas y limpieza, hasta que la señora Lovonov comenzó a hacer empanadas rusas (a base de levadura y leche) y venderlas en la UNAM. Le fue tan bien que logró poner un puesto. Después de un par de años tuvieron su primer lindo restaurante frente al Kiosko Morisco en nuestra querida Santa María La Ribera. Le llamaron “Kolobok” porque es un personaje hecho de masa de un cuento de hadas ruso.

En la Santa María, ya con su local, ampliaron el menú a sopas, guisados, ensaladas y pasteles con las recetas familiares y se convirtieron poco a poco en un restaurante hecho y derecho. Los cuatro integrantes de la familia aportaron algo especial; incluso abrieron una segunda sucursal en Av. Universidad con la misma exitosa carta, y ahora, hace poquito, una tercera en la Escandón, apropiadamente cerca de la Embajada Rusa, para todos los comensales céntricos que salivan por una sopa borsch, un gulyash, un pollo a la Kiev o un befstroganov.

blinis

empanadas kolobok

Para la familia Leonov es imprescindible no perder el estilo ruso en la decoración, la comida y la música que se escucha y se ve en las pantallas. Su misión es transmitir su cultura de todas las formas posibles, por eso además de comida venden artesanías típicas como matrioshkas, llaveros y sombreros típicos de su país.

Qué probar en Kolobok

El Kolobok guarda un sabor casero, buenos precios y una carta muy variada en sus 3 sucursales. Es una digna representación de un poco de lo que Rusia ofrece. Nosotros recomendamos probar la empanada de carne, los blinis –que son algo parecido a una crepa–, la sopa borsch (betabel), la ensalada Blancanieves y El pastel de miel. Tienen una crema agria exquisita para acompañar y una rica salsa roja con ajo.

De tomar, en Kolobok tienen kompót, que es un ponche frío de frutas secas; cerveza Baltika (la número uno en Rusia) y también vodkas Belenkaya, Kremlin, Beluga Noble y Gold que recomendamos tomar helado y en shot.

kolobok

En la sucursal de la Escandón,  los jueves por la noche hay un dueto de dos voces (una mexicana y otra rusa) que cantan las canciones que el público pide. Puedes escoger de una larguísima lista lo que quieras escuchar: cantan en ruso, francés, español, alemán, armenio, latín y otros idiomas. Kolobok también es el lugar indicado para celebrar los eventos importantes rusos como el 8 de marzo, día internacional de la mujer en todo el mundo y, junto con el Año Nuevo, la fecha más importante para ellos. Todos los hombres regalan flores a las mujeres y ellas las usan en la cabeza. Este año, un día antes habrá un evento para celebrarlo como si estuviéramos en una discoteca de Moscú.

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