de tacos y ramen

El Mirador.

27 de julio 2017
Por: Patricia

De tacos y ramen sí puede vivir el hombre

De tacos y ramen sí puede vivir el hombre. Preparamos estas similitudes entre ambos platillos para prepararnos para el Festival del Ramen.

Por un lado está la caótica, desordenada Ciudad de México, y por el otro la perfecta coreografía de Tokio; por un lado la falta de civismo y por el otro la exageración casi absurda del mismo. Resulta difícil pensar que países e idiosincrasias tan distintas tengan un punto de encuentro tan común: el culto y veneración a la comida. Así como en la capital de nuestro país cada cuadra tiene una tortería o taquería –o restaurante–, en Japón hay un izakaya o expendio de ramen en cada calle.

Foto: Aníbal Barco

Más difícil aún es darse cuenta que en ambas culturas, platillos tan disímbolos como el ramen y los tacos comparten características y estructuras similares. Quizá por ello los fideos se pusieron de moda en la Ciudad de México y los días 29 y 30 de julio se realizará el Festival del Ramen –para saber más, continúa leyendo o baja directo al final.

Entonces, ¿en qué se parecen?

1. Jóvenes de noble (y larga) estirpe

Ambos platillos nacieron siglos atrás pero su popularidad llegó en el siglo XX. Si bien el taco es de origen prehispánico, la producción en masa de tortillas –y el aumento de taquerías– fue posible hasta los años 30, aproximadamente, cuando se inventó la tortilladora mecánica, ese enorme armatoste de metal que se alimenta de masa nixtamalizada y puede escupir hasta mil tortillas por hora.

Por su parte, el ramen nació siglos atrás –en el XVII, de acuerdo con distintas versiones– en China y de ahí viajó a Japón gracias a guerreros y monjes. Sin embargo fue durante la Segunda Guerra Mundial cuando el platillo se popularizó por ser bueno, bonito, barato y vasto –ya saben: cuando los ingredientes faltan, la creatividad aumenta–. Años más tarde, en 1958, Momofuku Ando crearía el primer ramen instantáneo y el resto es historia –en un vasito de unicel.

Foto: avlxyz

2. La sinergia de sus elementos

Ambos alimentos están compuestos de tres elementos indisociables: grano, ingrediente principal y agente de sabor –por llamarlo de alguna forma. El grano, por ejemplo, está presente en la tortilla y el fideo elaborado con trigo. Por su parte, el ingrediente principal lo identificamos en el relleno del taco o el acompañamiento del ramen. Ambos con presentan formas básicas pero admiten cualquier cantidad de ingredientes: carne, huevo, algas, verduras, queso –o tofu.

El agente de sabor es, en el caso del representante mexicano, la salsa y el limón que habrán de bañar gentilmente el taco. El ramen, por su parte, recibe el gusto del caldo que, según el estilo, puede ser de cerdo, pollo o miso.

3. La riqueza y variedad

Teniendo en cuenta la variedad de cada uno de los elementos, las combinaciones son infinitas. Elige una tortilla, o fideo; escoge un ingrediente principal –un guisado, carne al pastor, tofu, setas o huevo; decide qué tipo de caldo –o tortilla– quieres y tendrás el platillo ideal.

Foto: avlxyz

Esto, claro, también está determinado por los ingredientes de cada región geográfica y de las tradiciones de cada lugar pero –vamos–, ¿qué es un burrito saltillense sino un taco sudado en tortilla de harina?

4. Versatilidad y precio

Como platillos nacidos del ingenio y la necesidad, el ramen y los tacos comparten otras características que no pueden ser eliminadas y, de hacerlo, pueden perder su esencia. Ambos deben, y lo son, consumidos rápidamente por una muy buena razón. Si tardas mucho en comerlos, más de 10 minutos en el caso de los fideos, la pasta absorbe mucho agua, se expande y pierde la firmeza los caracteriza, se rompen y pierden su encanto. Por su parte, si pasa mucho tiempo entre la preparación y consumo del taco, además de enfriarse la tortilla se rompe y sabemos que no existe cosa tan triste e inútil como un pedazo de tortilla remojada sin carne.

Foto: Diego Berruecos

Al ser buenas opciones para la cocina callejera, también están, en teoría, al alcance de cualquier bolsillo. En ambos casos una orden básica, pero consistente y complaciente de ramen o tacos, ronda los 100 pesos. Este precio puede aumentar dependiendo de los ingredientes y el lugar –como el nuevo Pujol puede ejemplificar.

5. La clave está en los minerales

Ya sea un taco o un tazón de ramen, en su elaboración intervienen procesos que no se aprecian a simple vista. Tras bastidores, en la preparación de la tortilla y del fideo, los minerales juegan un papel importante.

Foto: Óscar Turco

En el caso del maíz, para preparar la masa es necesario cocer los granos con cal o ceniza –el gran milagro de la nixtamalización–, lo que brinda consistencia y nutrientes a la tortilla. En el otro lado del Pacífico, los fideos se elaboran con kansui, un agua cargada de carbonato de sodio y carbonato de potasio que otorgan consistencia y firmeza a la pasta, además de ese característico color amarillo pálido.

Algo es cierto: sin importar las diferencias y parecidos, la variedad de opciones de condimentos, proteínas y salsas –o caldos– da un universo de platillos esperando a ser descubiertos.

Ya sea que quieras prepararlos en casa o conocer algunas de las opciones locales para entrarle con gusto al ramen, mejora tu técnica con los palillos y date una vuelta por el Festival del Ramen de la Ciudad de México que se realizará el 29 y 30 de julio en Fujiyama 144, colonia Las Águilas. En él participarán más de 10 restaurantes japoneses que ofrecen este platillo en la capital. El costo del boleto es de 150 pesos por persona y los puedes comprar aquí.

¡Itadakimasu!

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