El Paraíso es un bar pequeñito en Santa María la Ribera, de esos a los que uno va para esconderse un rato. Empiezan a servir botana a partir de cuatro tragos o cinco cervezas y el menú siempre es variado, pueden ser frijoles, ejotes con huevo y otros platillos caseros. Los jueves son de parrilla (que hacen ahí mismo en la calle) y el viernes sirven paella. Eso sí, no importa qué día lo visite, uno siempre tiene que pedir torta de pulpo, uno de los únicos platillos que ofrecen sin consumo mínimo. 

fachada el paraíso

Consumo el paraíso

Dicen los vecinos que en sus inicios, el Paraíso era parte de una red de cantinas que por las noches se convertía en burdel, pero Roberto Cordero, su encargado actual, fue quien lo hizo un espacio más amigable. De ese tiempo, el bar conserva la barra de madera, una rocola y el ambiente sombrío pero festivo de las cantinas tradicionales. Los fines de semana acomodan las mesas para que un músico y su órgano melódico pongan un poco de ambiente.

La torta de pulpo del Paraíso

Quienes quieran comer en el Paraíso, conviene que lleguen después de las 2:00 cuando ya todos los platillos están listos. Pero si uno quiere empezar desde temprano, puede empezar con una torta de pulpo en su tinta, la especialidad de la casa y uno de los únicos platillos que siempre aparecen en su menú junto con las tortas de pierna, de pavo y la arrachera asada. 

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Don Roberto conoce muy bien a sus parroquianos, así que cuando un cliente nuevo pide una torta él personalmente la lleva hasta la mesa junto con un platito con chiles encurtidos hechos en casa para mostrar la mejor forma de comerla. Primero hay que darle una mordida para probar el pulpo tal como sale de la cocina, después recomiendan echarle una cucharadita de vinagre antes de cada mordida para que el sabor del guiso sea más intenso. Si uno quiere más picante, puede poner el chile completo, pero como dice Roberto: “lo importante es el vinagre, ni siquiera el pulpo”.

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Para quienes no comen mariscos, les recomendamos visitar el bar los jueves a partir de las 2:00, cuando don Roberto saca unos cuatro anafres donde cocina cantidades increíbles de carne. A veces ocupan el anafre más grande para poner medio cerdo. Podemos decir que ahí se come y se bebe muy bien, por eso creemos que le hace honor a su nombre. Cuando alguien dice “voy al Paraíso”, en parte tiene razón.

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