A veces lo único que necesitas para empezar el día es una esquina linda, un café bien hecho y un plato servido con calma y gusto. Brutho es eso: un lugar prácticamente nuevo que parece saber que el ritmo lento es una forma de lujo.
Está en una esquina de esas que se sienten casi europeas: abierta, luminosa, con mesas al sol y gente que parece estar disfrutando lo que hace. Puedes ir a desayunar, sí, pero también a cenar, a tomar vino o un cóctel en plan suave. Yo fui una mañana entre semana, de esas donde no pasa mucho… salvo lo importante.
Pedimos un açaí bowl fresco y bien servido, como debe ser. También un toast con huevo, aguacate y prosciutto que equilibra lo cremoso con lo crujiente y lo salado. Para acompañar, un chai latte especiado, un latte con leche de almendra y, claro, mimosas. Porque la vida se ve mejor con burbujas.
Brutho no está buscando ser pretencioso ni excesivo. Se siente pensado, pero sin rigidez. Con un menú que no se alarga innecesariamente, pero donde cada cosa tiene sentido. Aquí no hay premura, ni prisa: solo luz, sabor y una sensación de estar justo donde hay que estar: una mañana tomando mimosas.
Av. Tamaulipas 80, Condesa
De lunes a domingos desde las 9am