Desde hace más de cinco mil años el té es un símbolo de la cultura popular asiática. El consumo de esta bebida se relacionó con religiones como el sintoísmo, confucianismo, hinduismo y el budismo, doctrinas que buscan el equilibrio de las diferentes formas de existencia que habitan en el universo. En la actualidad, el té es una bebida que se consume en todo el mundo. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señala que dos billones de personas al año toman una taza diaria, haciendo de ella la bebida más consumida del planeta (por encima del agua y el café).

En México, el movimiento tetero llegó hace dos décadas, y no sólo en bolsitas. Sommeliers de té, algunos con formación profesional y otros instruidos de manera empírica, se han encargado de preservar este arte y de ofrecerle a la caótica Ciudad de México un merecido tea time para abstraerse de los problemas cotidianos. Esta es una ruta por 5 lugares lugares para tomar té en la ciudad.

1. La Esquina del Té

la esquina del té teterías

El argentino Roberto Saban fundó La Esquina del Té en 2002. El lugar se especializa en combinar la planta del té con frutos originarios de México, como la guayaba; no por nada ésta es la mezcla favorita. El espacio tiene una iluminación cálida que se refleja en los frascos de cristal en los que reposan las hojas de diferentes variantes y mezclas.

Junto con Caravanserai, fue uno de los espacios pioneros en la preparación de esta bebida en México, pero ¿cuál ha sido la clave de su éxito durante 16 años? Roberto Saban explica que el secreto consiste en educar el paladar de la gente: “Cuando llegué a México, nadie sabía lo que era el té. Pensaban que el té era para enfermos. Lo difícil, pero al mismo tiempo nuestra convicción, fue mostrarle al público que esta bebida no se limitaba a un remedio, sino que les mostramos las diferentes variedades y los coloridos tonos que pueden degustar: verdes, negros, azules o blancos. Nosotros queremos seguir siendo ese referente para la Ciudad de México y para las siguientes generaciones de casas teteras”.

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2. Anthea

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En la calle de Londres, en una casona de inicios del siglo xx, se encuentra el Bazar Fusión, un espacio para artesanos y diseñadores. Hay que subir por sus escaleras de madera hasta llegar al primer piso. Al fondo se encuentra Anthea, una boutique de té fundada por la argentina Gise Rodríguez, una sommelier certificada que recibe a todas las personas que deseen aprender de esta práctica.

“El té es un camino hacia el conocimiento, por eso nos detenemos para compartir con el público un poco de esta bebida. En Anthea creemos que el mejor té no es el más caro, sino el que se hace con más cariño, por eso cuidamos cada detalle que podemos. En China, por ejemplo, cuando preparan té para un amigo o familiar siempre se ofrece el mejor de la casa, eso significa que te están dando lo mejor de ellos mismos y ésa es la impronta de nuestra marca”, señala Gise.

Además de una gran variedad de tés puros, pueden encontrarse las mezclas especiales que elaboran con frutos mexicanos, como el oolong con cocoa o con piña. Además, venden tazas, teteras y todo el instrumental necesario, elaborado por artesanos de diferentes partes de la república, una estrategia que busca impulsar el trabajo local. “Nosotros creemos que el trabajo que integra trae buena energía y eso queremos transmitirles a las personas que nos visitan”, comenta la sommelier.

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3. Casa Tassel

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Es una de las casas de té más recientes de la ciudad. Casa Tassel es un proyecto de Karla y David Sarmiento, un matrimonio de jóvenes que han estudiado y viajado por el mundo en búsqueda de los mejores tés. Para ellos el té es tan cotidiano que lo llevan a todos los aspectos de su vida.

El lugar invita a mantener conversaciones largas e íntimas, a leer un buen libro o a descansar después de un día complicado de trabajo. Para Casa Tassel, servir el té es un acto contemplativo que busca el reencuentro con uno mismo. “Para nosotros, el té es una bebida que te hace recordar momentos”, comparten Karla y David.

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4. Tomás

tomás té

Tomás es una casa editorial de té fundada en 2013 por Eugenio Larrínaga, un ferviente amante de esa bebida. En uno de sus viajes por China encontró un té de textura lechosa que jamás había probado. En ese momento se dio cuenta de que en Asia, particularmente, los sabores cambian de acuerdo con la región. En México no existía ninguna gama tan amplia, así que decidió abrir su propia casa para compartir con los mexicanos esta experiencia.

“Creamos un espacio para cultivar la creatividad y la relajación. Vivimos en una ciudad muy caótica y estresada. Por ello abrimos un oasis en la capital y bajo ese concepto nace la propuesta de Tomás. Buscamos generar una experiencia multisensorial que pusiera a prueba no sólo el gusto, sino el tacto, el olfato, la vista y el oído. La práctica del té es un ritual, un estilo de vida que mejora el cuerpo y la mente. Eso es lo que buscamos compartir con nuestro público”, destaca Larrínaga.

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5. Caravanserai

En la esquina de Orizaba y Álvaro Obregón se encuentra Caravanserai, una casa de té francés que nació en 1999, en un edificio art nouveau. El lugar es uno de los dos pioneros que trajeron la tradición tetera a la Ciudad de México. En sus casi 20 años de trayectoria, han instruido en este arte a cientos de curiosos que se detienen a probar la selección de tés en compañía de panadería francesa, que incluye el Marquise Au Chocolat –la especialidad de la casa–, la clásica tarta de limón y el Fondant Au Chocolat.

Caravanserai también es un espacio para conocer a profundidad el arte de hacer té. Una regla central de esta bebida, según su menú informativo, es que todo té debe contener en su preparación hojas o brotes de camelia sinensis, nombre científico que recibe la planta en sus variantes: verde, negro, oolong o azul, blanco y Pu-Erh. Cuando la planta se combina con algún fruto o hierba se llama mezcla. Las infusiones, por otro lado, utilizan otras plantas, como la manzanilla, la hierbabuena y el limón. Las tisanas tampoco son té, pues en su preparación sólo hay frutos y hierbas, como la menta.

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