14 de febrero 2018
Por: Patricia

Así inició el rap en México, del Cholo de la Condesa a Cartel de Santa (parte II)

En la segunda mitad de los años 90 el hip hop se consolida como una escena en México con El Cholo de la Condesa y Vive la Paz. Ya en los dos miles llegan bandas como Control Machete y Cartel de Santa para poner al país en el mapa del hip hop mundial.

Lee la primera parte de la historia del rap aquí. 

En la segunda mitad de los noventa, el hip hop en la ciudad giraba en torno al crew (así les llaman a los colectivos de bandas de rap) de La Vieja Guardia: Petate Funky, Kartel Aztlán, Dr. Zupreeme y MC Luka (los raperos gustan de la libre ortografía), conocido como El Cholo de la Condesa. Viva La Paz (VLP) se convirtió en 1997 en la primera banda en maquilar su propio CD y poco después surgió el festival Sonidos del MexSide, en el que todos los raperos de México se reunieron por primera vez para descubrir que eran muchos más de los que creían y confirmar que ya había una escena.

Dr. Zupreeme y Muelas de Gallo de La Banda Bastön | Foto: homegrown.mx

Ya en los 2000, el periodista Ricardo Bravo lanzó una compilación en CD que se llamó Rapza: lo mejor del rap subterráneo. La serie de 10 discos llegó a venderse en Mixup y eso significó un gran logro para el género. La calidad de lo que reunió Rapza era muy desigual: la mayoría era crudo, directo y sin mucha sofisticación, pero para los MC que entraron en la selección fue algo muy importante.

Como gran excepción, entre los que luchaban por público y atención estaba Control Machete, que puso a México en el mapa del hip hop mundial y tocaba en horarios estelares de festivales de rock, cuando era algo con lo que los demás grupos ni soñaban. Control Machete y Cartel de Santa, otra de las bandas más importantes en esta historia, están asociados a la llamada “avanzada regia”, que en términos de público iba años adelante que el resto del rap nacional. A pesar de ello, dice Dávalos, la verdadera capital del hip hop norteño es Gómez Palacio, Durango, y no Monterrey. Ahí surgió Caballeros del Plan G, una de las bandas clave para construir la identidad de lo que podría llamarse rap mexicano.

[arve url=”https://www.youtube.com/watch?v=syJb5svUw-U” mode=”lazyload” title=”Leve | Cartel de Santa ” description=”Video de Cartel de Santa ” upload_date=”2018/01/19″ play_icon_style=”circle”/]

De regreso a la Ciudad de México, en la siguiente generación, que hoy tiene treinta y tantos, ya había raperos de Coapa, Xochimilco y otras zonas que anteriormente no se habían involucrado en el movimiento. Bocafloja, Akil Ammar, Zaque y Sonido Líquido, y Ximbo, MC de Magisterio y pionera de las mujeres en el rap capitalino, compusieron letras más cargadas de denuncia social y crítica política. Antes de ellos, sin internet, aprender a hacer y grabar rap era un proceso muy lento, basado en el ensayo y error. Los raperos post-YouTube trabajan de una forma completamente distinta.

En ese nuevo contexto, en que las redes sociales ya conectaban la escena, aparecieron las batallas de freestyle, duelos de improvisación donde MC de todo el país se enfrentan uno a uno con rimas descarnadas. El objetivo es estudiar al rival, ver todos sus videos, escuchar todas sus canciones y acumular la información necesaria para destruirlo sobre el escenario.

Eptos Uno | Foto: Rodrigo Marmolejo

La Batalla de los Gallos, de Red Bull, llegó a México en 2006 y tiene un público de millones, desde la Patagonia hasta San Sebastián, en España. Cada país que participa hace eliminatorias para elegir a su representante para la final internacional. En 2006, el campeón nacional fue T-Killa, de Tláhuac; en 2007, Eptos Uno, de Ciudad Obregón, y en 2008, Hadrian, de Azcapotzalco, primer mexicano en ganar la final internacional, en la cual Feli Dávalos formó parte del jurado. La estrella del momento en el freestyle es Aczino, que ha ganado el campeonato nacional tres veces y es el favorito para llevarse el título como el mejor del mundo hispanohablante. A la par de estos torneos, en los cuales las rimas se inventan al momento, también hay batallas con versos escritos previamente. En ninguna de las dos hay reglas de decoro y se vale sacar cualquier tipo de trapitos al sol. La adrenalina de esos eventos es más intensa que la de la lucha libre y hay raperos que dedican su carrera solamente a eso.

Hadrian llevó las batallas de freestyle a la televisión y fue también uno de los primeros mexicanos en hacer trap, un subgénero más melódico del rap que coquetea con otros como el reguetón, el R&B o incluso el pop electrónico. Entre raperos y traperos hay tensión. Quienes hacen rap dicen que el trap es su variante más diluida y comercial, pero es la tendencia más fuerte entre las nuevas generaciones y atrae público de todo tipo. Aunque, sin duda, el hijo más traicionero del hip hop es el reguetón, que, a pesar de venir del rap, le pasó por encima y se lo comió en su afán de conquistar el mundo.

Simpson Ahuevo | Foto: homegrown.mx

Volviendo a los enfrentamientos, de 2009 a 2011 Red Bull suspendió la Batalla de los Gallos en México, pero continuó en España. Mientras tanto, aquí surgieron otros circuitos y ligas, como Spit MX y Línea XVI, para darle voz al rap callejero. Varios raperos norteños, como Simpson A Huevo, de Hermosillo; Eptos Uno, de Ciudad Obregón; Charlot [link], de Mazatlán, y Danger, de Tijuana, se mudaron a la Ciudad de México para inyectar más fuerza a la escena. Los primeros en dar el salto fueron los integrantes de La Banda Bastön, de Baja California, que en ese entonces formaban parte de la disquera Mantequilla Records. “Fue el primer intento de disquera comercial dentro del rap mexicano. El único proyecto que les funcionó fue Big Metra, porque era muy difícil generar un discurso de música urbana en pleno boom del reguetón”, dice Dávalos, quien junto con su hermano Carlos logró la hazaña de mantener el programa de radio Scratchamama 13 años al aire, en Ibero 90.9. La Banda Bastön está entre las más exitosas del momento y su último disco, Luces fantasma, se presentó en el Teatro de la Ciudad —un escenario atípico para el rap—, lo que fue un reconocimiento en sí mismo al terreno ganado por el género.

En términos de números, después de Control Machete y Cartel de Santa, el rapero con más seguidores es C-Kan. Es un fenómeno de YouTube con un público masivo en serio, tanto en línea como en vivo. Su video de la canción “Vuelve”, en colaboración con MC Davo, fue el primero del rap en español que superó los 100 millones de reproducciones. Otros imanes de masas son Santa RM y Smoky, que, como C-Kan, tienen su base en Guadalajara. Esa ciudad se ha convertido en otro centro de producción del género y varios de sus representantes con mayor éxito comercial se han trasladado ahí para no tener que competir con la saturación de la Ciudad de México. Charles Ans y Gera MXM también trabajan desde allá y cada video que suben a YouTube alcanza 500,000 reproducciones en un solo día. Ellos forman parte de la primera generación que tiene ese poder y sabe capitalizarlo sin pedirle ayuda a nadie.

[arve url=”https://www.youtube.com/watch?v=7bPAJgVRzSI” mode=”lazyload” title=”Vuelve | C-Kan” description=”Video de C-Kan” upload_date=”2018/01/19″ play_icon_style=”circle”/]

Hoy, el rap está por todos lados y, en palabras de Dávalos, voces como la de René, de Calle 13, lo han legitimado en Latinoamérica, al lograr que la gente de cualquier nivel educativo escuche sus letras, palabra por palabra, y reconozca en su voz un talento para contar historias y hablar de una realidad que no reflejan otros géneros. Foros, disqueras y productores están reconociendo en los raperos mexicanos a verdaderos showmen, que dominan sus escenarios y que no sólo atraen a públicos cada vez más grandes, sino que sacuden a los asistentes contagiándolos de una energía desbordada. Kanye West y Gene Simmons están de acuerdo en que el rap es el nuevo rock, y en esta región del mundo, su era apenas comienza.

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Lee aquí la primera parte de esta investigación (de ​MC Aplausos a Caló).

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