Anoche platiqué con Mare Advertencia Lirika por videollamada. Fue una llamada breve porque ella estaba en tránsito hacia Veracruz. Se dirige hacia allá para acompañar a su amiga (y activista) Gemaly Padua Uscanga, quien organizó los festejos de San Juan Bautista en Chacalapa. Acababa de pasar por la Ciudad de México, pues formó parte de una actividad política organizada por el colectivo Feminismo Crítico. Yo tenía mucha curiosidad en general, porque ella es una artista poderosa y política, porque es multidisciplinaria y parece concebir las formas como una continuidad de posibilidades expresivas. Y porque siento que dialoga con su entorno de una manera ancestral.

Fotografía Rodrigo Vazquez

Esto último no es únicamente porque dialoga con su propia conexión con una tradición ancestral como lo es la zapoteca, si no porque mi intuición me dice que Mare es una persona muy atenta, que puede decodificar y plasmar mensajes en el tiempo. Mensajes que escribe en servilletas, libretas, papelitos, y que después se convierten en canciones o en poemas que rapea. Ella mezcla la música y el activismo, que para Mare son una sola cosa que se desprende del entorno en donde creció: la periferia de la ciudad de Oaxaca. Por lo que me contaba Mare anoche, podía reconocer en esa periferia la misma periferia en donde yo nací, en Buenos Aires. Esto me hizo pensar en esa condición periférica, en la dualidad que existe entre la ciudad y el suburbio. Pensé en las ciudades como algo estéril y en las periferias como un caldo vivo. Lugares caóticos en donde las personas se expresan por necesidad y no por aspiración. Los mensajes encuentran formas en un devenir inevitable. El rap, el graffiti, la música folklórica, el baile, son formas para dialogar con el entorno.

Después de hablar con Mare me puse a ver un documental sobre el antiguo Egipto, y la señora que conducía el documental decía que todas esas imágenes talladas en piedra y esas pirámides impresionantes, eran una manera de hablar con la naturaleza. Yo pensé inmediatamente en los graffitis, en el break dance, y en el rap. Formas de dialogar con la naturaleza de los suburbios, con el cemento, con la marginalidad, con el deseo de conjurar un presente y un futuro más sensible, con lo que puja por salir para depurarse. Eso que sale se estampa para que lo vea alguien más, así se habla también. Así se pasan las advertencias, se crea comunidad, y es tan loco, porque yo ayer veía en el documental unas vacas talladas en una piedra de hace más de cinco mil años y parecían tan irreales…algo en esa imagen tan clara trastoca mi percepción del tiempo. Mare me decía algo ayer que me pareció hermoso, me dijo que ella no decidió ser música, sino que fue una forma que la encontró a ella y un medio que se le facilitó para expresarse, pero que puede cambiar en cualquier momento. Ella sabe que las formas mutan y que lo importante es la transmigración de los mensajes. Ser un canal. Mare es una mujer y es un canal y es militante y es rapera y está abierta a su intuición femenina que le dicta desde el corazón, los pasos a seguir.

Escucha a Mare en este link.