La nostalgia que nos inspiraran las torres de Satélite, ese extrañísimo monumento, no se compara con otras nostalgias urbanas, al menos no para muchísimos que desde niños las veíamos como unos extraterrestres altísimos y no sabíamos si alguien vivía allí dentro. En gran parte por esos recuerdos las guardamos con cariño. Son parte intrínseca de esta ciudad tan inmensa y son marcadores de la entrada (o salida) de la alguna vez utópica Ciudad Satélite.
Las torres son obra del escultor Mathias Goeritz y el arquitecto Luis Barragán, con la colaboración del pintor “Chucho” Reyes Ferreira. Esta galería es un recorrido por recuerdos tan extraños como las mismas torres y desde luego, un pequeño homenaje.
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- El boceto original de las Torres por Luis Barragán
- Cartones con los colores para las torres y la firma de Luis Barragán.
- Las Torres de Satélite durante el proceso de su construcción en 1957 mediante el sistema constructivo del encofrado de madera para recibir al hormigón, que le daría ese aspecto estriado (no liso) tan característico
- Interior de una de las torres.
- El arquitecto Luis Barragán y el escultor Mathias Goeritz, juntos, a los pies de las Torres de Satélite.
- Una fotografía de los Juegos Olímpicos de 1968 donde se aprecia una carrera ciclista en el Anillo Periférico.
- El Anillo Periférico y las Torres de Satélite en una toma de 1968, cuando estaban pintadas con diferentes tonos de naranja
- Las torres fueron pintadas de color naranja durante los Juegos Olímpicos.
- El solitario Anillo Periférico y las Torres de Satélite en una toma cercana a 1970. Se aprecian los anuncios de Aurrerá y del colegio La Salle Bulevares.
- Vista de las inmediaciones de las Torres de Satélite a inicios de los años setenta
- Una toma fotográfica de las emblemáticas Torres en los años 80.
- Toma aérea de las Torres y el Periférico.
- Una acercamiento de la fotógrafa Júbica Haku.