central de abasto
31 de octubre 2018
Por: Carolina Peralta

Así son las noches de la Central de Abasto en temporada de muertos (todos pueden ir)

La mejor época para visitar la sección de flores en la Central de Abasto es ahora y es en la madrugada. Así se ve (a oscuras, llena de flores y calabaza).

Estos días, la sección de flores de la Central de Abasto es color amarillo, morado y naranja, y es un escenario de noctámbulos. Durante toda la madrugada llegan camiones cargados de cempasúchil, terciopelo rosa (también garra de león), nube y gladiola roja. Llegan pesados, desbordantes, y se instalan en el suelo fangoso de la Zona de Flores y Hortalizas de la Central. El terreno de enseguida es un lote de camote y calabaza. Hay montañas de todas las especies de estas frutas carnosas. Así son las noches en la Central de Abasto en temporada de muertos.

A lo que sucede durante estos días en el mercado más grande que tenemos, le dicen la Romería del Cempasúchil, y sí tiene algo de peregrinación (sonámbula). Siempre es distinto en la madrugada.

Entre los comerciantes hay productores y otros que son solamente distribuidores. Los primeros vienen directo del campo. Los segundos revenden la flor que cultivan otros productores en Xochimilco (como la familia Telésforo en San Gregorio) u otros estados del país. Nadie duerme. Durante dos semanas todos plantan sus camionetas al suelo y montan castillos de flores. Los arman con mantas, sombrillas y adornos. Como la época de lluvias sigue, el piso es viscoso. Pero a los diableros parece no importarle: van a toda velocidad y sin titubear –aunque se balancean siempre en el filo de la vida–.

Encima de todos está la noche, el cielo gris, la luna de octubre. La época fantasmal. El alumbrado blanquísimo que ilumina siempre la Central cae –tensa– sobre las flores, los charcos, los “peregrinos”. A diferencia de un día normal en este epicentro urbano, por las noches no suele haber tanta gente. Es, en este caso, una verbena quedita. A la romería van los devotos a la excursión.

Sobra decir que aquí todo huele a cempasúchil. Dicen que el olor de esta flor nativa atrae a nuestros muertos, y entonces la Central de Abasto en esta temporada es una congregación de espíritus.

Los rollos de flor pesan como en ningún otro mercado, y cuestan más baratos. No más $50 pesos. Las macetas tampoco. No queda duda de que este es un gran lugar para comprar buena flor a muy buen precio. Pero sobre todo es una ventana hacia esta otra dimensión urbana –la puerta queda para el que quiere ver–.

Llegar a la sección de Flores y Hortalizas de la Central de Abasto es fácil. Si llegas en coche es fácil encontrar estacionamiento, y lo recomendable es llegar alrededor de las 9 de la noche.

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