Carla Valdivia, Roberto Sánchez y Emilia Cuauhtle tienen proyectos creativos por separado: Carla es la diseñadora Katsu, Roberto Sánchez tiene su propia marca de ropa (homónima) y Emilia hace Wurst, ropa para mujer. En común tienen una amistad de muchos años, luego el diseño, el humor exagerado, la seriedad exagerada (que se anula a sí misma), la creatividad y las ganas de hacer algo propio, libre, entre amigos: así resultó Hi-BYE, la tienda más nueva que tiene la Roma –con toda la extensión de la palabra–. Un lugar donde, como dice Carla, “a nosotros nos gustaría comprar ropa, que sigue a nuestra idea quizás romántica del retail store, de lo diferente”.

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El plan de hacer un espacio en conjunto resultó y muy bien. Hi-BYE recién abrió en un local pequeño de la calle Frontera, en la Roma, y –bien merecido– muchos están hablando de esto, pues no se parece a ninguna otra tienda del rumbo, de la ciudad. Cada cosa allí dispuesta es una decisión, y esta amalgama de gustos distintos y quehaceres similares, experiencias y viajes de cada uno de ellos es, más que un punto de venta de ropa, una experiencia. La intención de los socios es que uno pase a Hi-BYE incluso si no va a comprar nada; a consultar la mini biblioteca que han ido formando con revistas, manga y ediciones raras que compran en viajes, o simplemente a saludar. Carla siempre está allí, Roberto y Emilia van los fines de semana.

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El espacio es un equilibrio entre lo global y lo local. El interiorismo lo hizo Fabien Capello, el francés que camina y entiende y conoce la Ciudad de México más que muchos de nosotros. Los materiales son ligeros, los colores brillantes, las barras de luz blanquísimas y el aire, liviano. Todo es móvil porque la intención es que las cosas cambien todo el tiempo. Que siempre haya algo nuevo: una prenda, un libro, algo que aún no imaginamos. Hay mucho de esta ciudad en esos objetos que se mueven; tienen algo de apartalugares, de tianguis, de taquerías, de sillas callejeras. Al mismo tiempo y en un descuido,  uno se siente en Corea.

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En los estantes y percheros tienen ropa de Roberto Sánchez y Wurst, sobre todo. Flores artificiales y pósters de arreglos florales pegados en la pared. Su fascinación por ellas no es nueva: desde hace algunos años Carla y Roberto tienen Flores La Fe, una tienda de arreglos a domicilio. Además, Hi-BYE hace si propio merch que irá siempre cambiando: encendedores, bolsas, t-shirts, tazas.

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Colores, polka dots, barras de luz blanca, telas, acrílico y ratán, espejos y patrones y fosforescencias: Hi-BYE no es solo una tienda de diseño; es una declaración contra la solemnidad, una locura intencionada.

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