Al buscar insertarse en el mercado laboral y volverse auto-suficientes, las personas con discapacidad visual han encontrado un nicho de trabajo en el arte de la sanación. Y es que los invidentes pueden ser excelentes masajistas, pues su imposibilidad de ver los lleva a desarrollar habilidades alternas y a tener una mayor sensibilidad táctil. Con sus manos pueden leer y diagnosticar el estado de la espalda, cuello y/u hombros, y tratar con precisión los problemas que allí aquejan. Los masajistas invidentes pueden ofrecer un simple masaje anti estrés o tratar cuestiones más serias como lesiones deportivas, luxaciones, torceduras, esguinces, desgarres musculares, desviaciones de columna vertebral, dolores de cintura, lumbalgias, ciáticas, parálisis facial y hemiplejias.

Estos son algunos lugares que ofrecen los servicios de masoterapia con terapeutas ciegos en el Centro Histórico. Existen decenas de terapeutas invidentes y varios centros de masoterapia, por eso es imposible garantizar la calidad del tratamiento que todos ellos ofrecen. Es importante que cada quien evalúe críticamente al masajista y al tratamiento que está recibiendo y así cuidar su propia salud.

masajistas invidentes

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El centro Alfonso Herrera lleva más de 50 años ofreciendo masajes terapéuticos y de relajación en un edificio viejo de la calle de Donceles. Tiene 7 terapeutas, casi todos egresados de la carrera técnico profesional en masoterapia de la Escuela Nacional de Ciegos. Prácticamente es un centro de fisioterapia, bastante rudimentario pero con mucho caché, donde tienen electro-estimulación con luz violeta o con tense, vibrador de manopla, calor con luz infrarroja o compresa eléctrica, entre otros equipos y tratamientos. Los precios van desde $130 pesos por la terapia de alguna extremidad hasta $250 pesos por un masaje general de cuerpo completo, de relajación y anti estrés con duración de una hora.

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Una experiencia más radical es la de atenderse con los masajistas invidentes de Plaza Loreto. Allí, en plena intemperie, los terapeutas de lentes obscuros y bastón esperan pacientemente a que lleguen sus clientes junto a sus sillas especiales para masaje y bajo sombrillas multicolores. También tienen carpas improvisadas de plástico con camas de masaje adentro donde uno puede recibir su tratamiento con mayor privacidad.

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Otra opción es acudir y atenderse en la Escuela Nacional de Ciegos en los días que practican los estudiantes (empezando en septiembre). La escuela se especializa en la educación técnica en masoterapia de personas invidentes desde hace más de 100 años. Allí el costo es de $130 pesos por terapia de alguna extremidad, $150 pesos por la espalda completa o columna y $250 pesos por un masaje de cuerpo completo de relajación.

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