Islero es el nombre del toro que hirió de muerte al torero Manolete  en 1947. Como marca la tradición, la madre del toro, Islera, fue también sacrificada por haber parido un toro que mató a un hombre y con el fin de que esto no vuelva a ocurrir. Esta trágica referencia a un hecho tan injusto fue el nombre que Kristell Henry, Violeta Ortega, y los artistas Trilce Zúñiga y Luis Aduna eligieron para nombrar a este proyecto de difusión artística que surgió en 2020. 

Islera se encuentra en la calle de Adolfo Gurrión, a unos cuantos pasos del mercado de La Merced. La Merced es conocida por ser uno de los mercados más grandes y antiguos de la ciudad, en donde puedes encontrar de todo y que por muchos años fue el lugar donde los negocios de la capital se surtían. Una de las mercancías más solicitadas eran los cortes de carne, por esta razón les pareció importante relacionar el emplazamiento del proyecto a la historia de Islera. 

La historia de este espacio está conectada con la de La Merced, pues se trata de una construcción de 1925, en donde vivieron más de cuatro generaciones de la familia Montes de Oca— la familia de  Kristell Henry y Violeta Ortega—. Durante los años, este lugar no sólo funcionó como casa habitación, sino que también alojó un consultorio médico, expendio de huevo y una cocina económica. En 2015 la casa fue abandonada y se convirtió en una especie de bodega familiar, hasta que en 2019 Kristell Henry y Violeta Ortega Navarrete, directoras y fundadoras de Islera, decidieron utilizar el lugar. 

Islera opera con dos objetivos fundamentales: ofrecer un espacio en donde artistas jóvenes o emergentes puedan mostrar su obra, es decir, una oportunidad para visibilizar su trabajo y por otra parte, que Islera se integre a las dinámicas, la historia y la vida de La Merced. Esto sucede a través de colaboraciones, talleres, visitas guiadas y encuentros accesibles a todos y todas. Bajo la premisa de crear un espacio abierto a todo público en donde sea posible generar experiencias culturales y conexiones humanas, la primera exposición Cronofagia tuvo como eje principal la comida —pocas cosas tan universales— en donde se presentaba como un canal de archivo y memoria, de deseo y delirio. 

Por varios meses Kristell y Violeta pasaron sus días sacando muebles, libros, ropa y mucho polvo de la casa. Algunas cosas las vendieron, las donaron y unos cuantos objetos permanecieron en la casa. Así, después de algunos meses de renovaciones y restauraciones abrió Islera, un proyecto pensado para funcionar como una plataforma independiente de difusión, experimentación artística y cooperación cultural. 

Algunas de las exposiciones se relacionan directamente con la historia del espacio o La Merced, como La Muerte de Un Torero: 3 ensayos sobre el espacio o bien, se han llevado a cabo dos ediciones del Mapeo de dibujo, con lo cual buscan investigar, explorar y apreciar el dibujo a partir de la construcción de un mapa. Durante nuestra visita pudimos ver los últimos días de la exposición Juegos Antiguos de la artista Trilce Zúñiga, quien nos muestra una serie de dibujos y pinturas que cuentan la historia del mundo, del juego, de los fantasmas, los miedos y de sus propios sueños. 

Islera se encuentra en Adolfo Gurrión 118, La Merced, Zona Centro en la delegación Venustiano Carranza.