22 de agosto 2025
Por: Fernanda Torresco

Acto, juego y ciudad: gestos poéticos de Francis Alÿs

Desde hace décadas, el artista belga ha convertido la Ciudad de México en un escenario donde la acción, el juego y el espacio público revelan las múltiples y complejas realidades sociales que nos atraviesan.

A veces, hacer algo no conduce a nada. Pero para Francis Alÿs, cada trazo en la ciudad es una investigación afectiva sobre lo que significa habitar el mundo. Desde hace décadas, el artista belga ha convertido la Ciudad de México en un escenario donde la acción, el juego y el espacio público revelan las múltiples y complejas realidades sociales que nos atraviesan. En agosto celebramos su natalicio, recordando cómo sus propuestas siguen marcando la manera en que vemos y habitamos el arte y la ciudad. 

La práctica de Francis Alÿs nos invita a mirar con otros ojos acciones que, a simple vista, parecen absurdas. En el detalle está su pertinencia, pues cada acción está cargada de sentido. De esta manera, su obra nos hace cuestionar lo cotidiano. Caminar por la ciudad empujando un cubo de hielo durante nueve horas en el centro de la Ciudad de México, se convierte en una crítica a la naturaleza del trabajo. Al ser un cuerpo que piensa, se mueve y siente, Paradoja de la praxis I (1997) problematiza el hielo que arrastra con esfuerzo físico, mientras el objeto se derrite, dejando la huella de lo que fue sin que se hiciera algo con él. Solo movimiento. Ahí reside lo pertinente de lo absurdo. Se hizo algo y no se hizo nada.

Es decir, desde la mirada del sistema capitalista, no se produjo algo relevante, pero eso no vuelve la acción banal. Parece que nuestro valor se mide por lo que hacemos y no por nuestra propia existencia, donde lo que importa no es el tiempo, el esfuerzo o la energía invertida, sino el resultado. En Paradoja de la praxis I, esa inversión se disuelve poéticamente con el paso del tiempo. El hielo se derrite, el acto desaparece y solo queda la huella de lo que fue.

Uno de sus proyectos más recientes, que incluso se presentó en el MUAC, es Juego de niñxs (1999-2022), en el que documenta los juegos que los niños de todo el mundo realizan en el espacio público, como si estos formaran parte de un inconsciente colectivo y la relación con el espacio y con los demás formara parte de nuestra memoria afectiva. Algunos de los juegos que resuenan son “las traes”, “uno dos tres por mí y por todos mis amigos”, “el avioncito” o “encantados”. Alÿs observa cómo estos juegos remiten a una época en la que la infancia era un espacio de reglas inventadas, risas compartidas y una imaginación etérea que permitía inventar escenarios con lo que se tuviera a la mano. Una etapa que ahora parece desplazarse hacia el juego tras una pantalla.

Francis Alÿs reivindica los procesos afectivos al detenerse a observar la vida, reconocer el tiempo, los vínculos, la creatividad, el juego de niños y la ciudad, un espacio fundamental que construimos quienes la habitamos con las acciones que, día a día, la llenan de vida. 

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