Adam Wiseman nació en el hospital ABC de Observatorio, en Tacubaya, –es decir, es mexicano de nacimiento, y estaba destinado a ser un gran observador. De padre neoyorquino y madre escocesa, se crió en el sur de esta ciudad (San Ángel, Desierto de los Leones) entre los años 70 y 80 y entre dos culturas. Después de 13 años en NY, donde trabajó como impresor para la agencia Magnum, regresó a la Ciudad de México con cámara en mano y un hijo que alimentar.

Esta retrospectiva, curada por Iván Ruiz (autor de Docufricción), es una selección concentrada de sus 20 años de trayectoria; una forma de conocer de golpe la evolución de este excepcional fotógrafo. La exposición va desde la serie Subway con imágenes en blanco y negro tomadas durante los 90 en el metro de NY con una Hasselblad panorámica, hasta su obra más reciente, aún en progreso, titulada Arquitectura libre, que explora el fenómeno de la construcción contemporánea de remesas y la fantasía mexicana. Adam Wiseman también ha realizado experimentos formales con la fotografía en movimiento en obras como Tlatelolco desmentido y Moving Portraits, en los que la cámara registra la sucesión de momentos en el tiempo: lo que sucede, que puede ser lo que pasa por el rostro de alguien esperando ante una cámara, o una coreografía de luces puesta en marcha por los vecinos del edificio Chihuahua en Tlatelolco. O un ataque a las Torres Gemelas de NY.

El Tlatelolco de Mario Pani, edificio Chihuahua, Plaza de las 3 culturas.

adam wiseman

El Tlatelolco de Mario Pani, edificio Chihuahua, Plaza de las 3 culturas.

Estarán a la venta una edición especial con imágenes de Subway Series en blanco y negro impresas por el artista en una residencia reciente en San Agustín Etla, Oaxaca, y un pequeño tiraje de 20 ejemplares de Tlatelolco desmentido en formato caja-libro, de la editorial Troconi-Letayf.

Adam Wiseman

Adam Wiseman

La obra de Wiseman se enraíza en la tradición documental y en la etnografía (estudió cine y etnografía en la universidad, y después hizo una maestría en el International Center of Photography de NY), pero en su evolución se deslinda de las convenciones de estas disciplinas para desarrollar un lenguaje fotográfico personal –que pone en duda (o admite la imposibilidad de) lo objetivo. Sus imágenes dejan espacio para la ambigüedad, la contemplación activa y la conversación: hacen preguntas a quien las mira.

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