La experiencia de los Baños Señorial comienza con tu llegada al edificio original de la década de los sesenta que está situado en la calle de Isabel la Católica y que aún conserva el letrero vintage anunciando su nombre. En el lobby te recibe una señorita con un extenso menú de servicios: están los cuartos privados con pantalla de plasma, camastro y sábanas que pueden incluir vapor, turco, sauna o jacuzzi por aproximadamente 160 pesos. Éstos son ideales para solitarios, parejas de enamoradxs o ligues del momento. La otra opción es el baño general que incluye vapor y turco por 125 pesos. Ésta es la mejor alternativa para aquellos que quieren vivir una experiencia más social. En todas las opciones puedes recibir un masaje por 200 pesos más y sumarle algún otro servicio, como un corte de pelo y arreglo de barba en la estética por 140 pesos.

baños señorial

Una vez que escoges el servicio de tu preferencia, da por iniciado el ritual de aseo y de relajación. Y como todo ritual, hay pasos determinados y normas de etiqueta a seguir. Si escoges el baño general, por ejemplo, primero te asignan un vestidor donde te desnudas y te pones un pareo. Posteriormente te diriges a la sección de regaderas y de masajes, donde te sumerges en un mundo sobrecogedor de visiones y sonidos: la experiencia visual de los cuerpos desnudos de todas las edades y la experiencia auditiva de la caída de agua de las regaderas, del vapor surgiendo de tubos oxidados y los ecos de las pláticas, albures y risas que se dan entre masajistas y clientes. Pasando esta sección, llegas al baño turco y al vapor. Allí te abandonas por completo a la experiencia sensorial de los cambios físicos que sientes al exponerte al vapor por un tiempo prolongado, y de las sensaciones extremas que experimentas al pasar del vapor caliente a las regaderas de agua fría. Todo esto mientras te rehidratas con un Tehuacán con sal y limón. Si a esto le agregas un masaje, una restregada o una enjabonada, al final quedas ‘como nuevo’.

Para concluir el ritual, sales del baño y gritas ‘toalla’ para que el dependiente te cubra el cuerpo con toallas limpias y te guíe de nuevo a la privacidad de tu vestidor.

baños señorial

Los Baños Señorial son conocidos por ser limpios y seguros, además de ser incluyentes; pues es un espacio de encuentro para personas de cualquier edad, profesión, clase social y/u orientación sexual. Eso sí, el mundo masculino y el mundo femenino permanecen segregados en el baño general.

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La historia de los Baños Señorial es como la de los otros baños públicos en la CDMX. Se inauguran en 1968 como negocios de españoles para cubrir las necesidades de aseo de la población que vivía en vecindades y no tenía acceso al agua o no contaba con baño propio. Sin embargo, eso ya hace más de cinco décadas. Ahora Los Señorial pertenecen a una generación de baños públicos que están en peligro de extinción. De un total de 250 baños que habían hace 60 años en la ciudad, hoy en día sólo sobreviven 40. Los demás han ido desapareciendo por el aumento en el precio del agua y del diésel y por el auge de los spas y de los gimnasios con vapor y sauna incluido, entre otras razones. Cómo dice el dueño: ‘cuesta caro mantenerlos y más si no hay clientes’.

Los baños que han sobrevivido han tenido que cambiar de rubro. La mayoría se ha convertido en lugares de ligue gay. Otros como Los Señorial le apostaron a mantener el perfil familiar del lugar y decidieron transformarlos en “baños de lujo”. Por ello en el año 2006 los dueños de Los Señorial decidieron remodelarlos y tristemente destruyeron muchos de los detalles originales de la arquitectura e interiores sesenteros. Sin embargo, aún mantienen su esencia vintage en muchos de los rasgos arquitectónicos, en el ritual de aseo que se mantiene fiel a la tradición y en los clientes regulares que regresan año tras año y década tras década.

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