No importa cuántas veces hayas ido. Una sola vez basta para que Oaxaca se quede siempre contigo. Su combinación de cosmopolitismo y arraigo cultural sumada a su incansable espíritu de fiesta hace que este estado sea imposible de olvidar. No por nada quienes habitamos la Ciudad de México tratamos de recrear lo que se ve en sus tierras con cada sorbo de mezcal. Esa bebida que se toma para todo mal, para todo bien y hasta para cuando no hay remedio, y que ahora nos muestra su lado urbano y global gracias a la mixología.

Creyente Cristalino es un mezcal que no solo nos deja evocar lo mejor de Oaxaca. Sabiéndolo mezclar, también nos sabe a las noches en las grandes ciudades del mundo. Y lo mejor es que lo hace de la manera más sencilla posible: con un tonic.

Se caracteriza por el dulzor y suavidad que proviene de las notas frutales ligeramente ahumadas, es la clave para el sabor, sin dejar atrás el filtrado a través de carbón activado y su proceso artesanal, molienda en molino de piedra.

Dicho esto, pedir los tonic clásicos empezará a resultar aburrido. Creyente Tonic no solo es fresco y fácil de preparar, sino que —contrario a las recetas conocidas— aporta la magia del mezcal, y en él la sofisticada surrealidad oaxaqueña que le suma misticismo a las noches de la Ciudad de México. Escudo imbatible para las olas de calor que estamos padeciendo, el fresco Creyente Tonic abre el panorama: el mezcal no sólo nos ayuda contra todo mal; ahora también nos acompaña en las terrazas, los antros y hasta en las fiestas en casa donde, con solo cuatro ingredientes, nos podemos hacer pasar por mixólogos expertos. Para que lo compruebes, te dejamos la receta.

CREYENTE TONIC

Ingredientes

  • 50 ml de Creyente Cristalino
  • Top agua tónica
  • ½  luna de toronja
  • Hielo al gusto

Procedimiento

  1. En un vaso high ball o copa globo coloca hielo al gusto y 50 ml de mezcal Creyente Cristalino.  
  2. Cubre la copa con agua tónica y agrega la toronja para decorar y aportar notas cítricas.