Pocos saben que existe una torre en Xochimilco desde donde los centinelas detectan incendios con sus binoculares. La torre, que existe desde hace casi 20 años, permite ver mucha parte de los bosques del sureste capitalino, como Topilejo, San Gregorio Atlapulco, Santa Cruz Acalpixca, Xochitepec, San Andrés Ahuayucan y la Zona Chinampera. Allí, en las alturas, trabajan día y noche los centinelas o torreros que están alertas en caso de que aparezca una humareda.

centinelas

Casi todos los centinelas son oriundos de Santa Cecilia Tepetlapa, y comenzaron como voluntarios al ver el deterioro ecológico que hubo en la región hace algunos años (ver video más abajo). A la torre, que es una especie de faro, se le conoce como Torre Teoca (porque está en la reserva ecológica de Teoca) y desde allí, según el color del humo, los centinelas pueden saber qué se quema:

  • el humo blanco surge del pasto en llamas;
  • el humo gris de la basura;
  • el humo negro de los ahuehuetes.

Apenas detectan una columna de humo, los torreros la reportan a los centros de monitoreo que tiene la Secretaría del Medio Ambiente. Sus únicas herramientas son unos binoculares, un par de radios y no temerle a las alturas.

Hace unos días la ciudad estaba envuelta en humo y el aire olía a árbol quemado. El calor y el entorno árido en algunas zonas provocaron varios incendios en los bosques de nuestra ciudad y una de las crisis de contaminación más graves que hemos visto en años recientes. Por eso es importante saber y reconocer el trabajo de estos centinelas que, más llaneros que nadie, pueden hacer algo para detener el fuego.

Los torreros del Teoca

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Además de vigilar todo el tiempo la reserva, los centinelas apoyan a los encargados con recorridos diarios por la zona y están comunicados todo el tiempo con los brigadistas y combatientes de incendios. También cuidan a los visitantes que hacen ecoturismo, los guían sobre los lugares más adecuados para acampar e informan sobre las precauciones que hay que tener, ya que la mayoría de los incendios forestales se originan por la actividad humana. Larga vida a los centinelas de Xochimilco.