Su historia se remonta a inicios del siglo XX cuando los terrenos que hoy son el corazón de la colonia, fueron vendidos a Manuel Escandón en 1869, quien pertenecía a la aristocracia de aquel entonces gracias a que se dedicaban a los bienes raíces. Luego, en 1880, 1890 y 1891, estos terrenos se fragmentaron en dos secciones (I y II) que hoy conforman la totalidad de la colonia. 

Los hermanos Manuel, Eustaquio y Pablo Escandón —cercanos a Porfirio Díaz— se encargaron de realizar el trazado de los terrenos. Por eso, las calles tienen nombres de oficios (Arquitectos, Ingenieros), movimientos sociales (Agrarismo, Sindicalismo) o de personajes importantes para el continente americano como Carlos B. Zetina, Benjamin Franklin o José Martí. O bien, mantienen una cercanía con fechas como 11 de septiembre (es imposible saberlo con certeza, pero dicen que los vecinos festejan estas fechas como si se tratara de una fiesta del pueblo.)

Gran parte del atractivo de la colonia viene del estilo arquitectónico art déco y neocolonial que aún está presente en muchos departamentos y casas; actualmente diversos puntos culturales y artísticos que han surgido en los últimos años como Servidor Local o Salón Silicón también se han beneficiado de estos estilos. Aunque hay espacios que han resistido la gentrificación, como los multifamiliares o vecindades que aún es posible ver en la colonia, lo cierto es que también hay proyectos como Espejo Escandón que busca recuperar y restaurar un edificio de vivienda multifamiliar construido en 1949. 

Hoy es posible recorrer la Escandón y encontrar cafeterías como Café Escandón sobre Sindicalismo, como Apanpacho, entre Progreso y Cerrada de la Paz, o como el ya famoso Cleotilde, entre Arquitectos y Progreso; cada uno de estos lugares lejos del caos de la ciudad proveniente de los alrededores como Insurgentes, Viaducto o Revolución. Por supuesto, no son los únicos cafés que ofrece la colonia, pero sí los que han probado su efectividad en términos de sabor y servicio. Otras opciones son El Ilusionista, La Savia (que vende helados ¡y café!), así como muchísimas heladerías La Michoacana. El mercado de la Escandón, justo a un lado del parque de la colonia, es un punto de referencia tanto para los vecinos, que aman comprar flores ahí, como para los visitantes que pueden encontrar distintos puestos de garnachas. 

Sobre la calle Prosperidad está Via Sol, lugar relativamente nuevo queque ofrece dumplings veganos, de tierra y mar y con cacahuate, y vinos especiales para acompañar. De vez en cuando hay pop-ups de diversos proyectos y clases especiales para aprender a hacer dumplings. Es sencillo y está anunciado apenas por un espectacular con el nombre del restaurante, pero es uno de esos restaurantes que recuerda que la Condesa y la Roma están tan solo a unas calles de distancia. Por otro lado, Amoxtli es una librería colectiva y café que busca ser un centro cultural en el que se organizan charlas, presentaciones o proyecciones de películas para los vecinos. 

En los límites de la colonia están los Tacos La Chula con una estética moderna, pero con la cercanía que solo otorga un lugar que lleva años en el mismo lugar. A La Chula asistían quienes salían del Bulldog, que se encontraba a unos pasos, y desde entonces han hecho tacos para los desvelados. También, sobre José Martí, a unos pasos de Revolución, se encuentra una de las cantinas más emblemáticas no solo del barrio, también de la ciudad: El León de Oro. Fundada en 1954, “brinda una sensación nostálgica de un México pasado en una realidad moderna”. Quizá sea este el lugar que mejor pinta a la colonia a la que pertenece. 

Tal vez sea el momento de aceptar que la Escandón se encuentra en un momento de transición: no puedo saberlo, pero sospecho que cada día alguna inmobiliaria compra un edificio viejo para renovarlo a manera de Airbnb o como departamentos, o que cada vez en mayor medida hay menos tlapalerías o ferreterías o edificios que conservan sus mosaicos, sus rejas barrocas y sus colores originales. Sea o no cierto, esta colonia no dejará de ofrecer lugares que te hagan sentirte como en casa.