Estamos a mitad del año pero en la sucursal Universidad de Galerías el Triunfo ya hay muñecos de Santa Claus, nacimientos y árboles nevados. En el mismo pasillo también convergen figuras de esqueletos y calabazas, por si en plena primavera surge algún compromiso relacionado con el Día de Muertos. Puede ser Navidad, Pascua o Halloween, las estaciones son irrelevantes en este gran almacén que desde hace 40 años ocupa un lugar muy especial en el imaginario colectivo capitalino.

Y es que Galerías el Triunfo es como un animal  mitológico. Todos saben de su existencia pero pocos han visto lo que sucede al interior de sus tiendas. Tan solo en la CDMX existen 18 filiales de la marca en las que podrás encontrar cualquier objeto decorativo que te imagines, artículos varios para el hogar y hasta muebles. ¿Necesitas una nueva mesa de centro? La puedes comprar en Galerías el Triunfo; ¿qué tal una figura tamaño real de un pirata? También está en Galerías el Triunfo. 

La historia de Galerías el Triunfo es tan peculiar como su existencia. El negocio comenzó a operar en 1981 bajo el giro de papelería y mercería. En 1989, sin embargo, se estableció el primer local en la calle 16 de septiembre en el Centro Histórico, que hoy día sigue abierto. Sobre los dueños poco se sabe, salvo que es una sociedad constituida entre un español de apellido Iribarren y un mexicano llamado David Mustri. Esta serie de imprecisiones, por supuesto, abonan al mito de la franquicia y su excéntrico catálogo. 

Según el relato de una empleada de confianza, el dueño al darse cuenta de la increíble oportunidad de negocio y atendiendo la demanda de los clientes decidió que, para tener una tienda única en su tipo, habría de expandir sus horizontes y “recorrer el mundo entero”. Fue así que este personaje anónimo visitó los principales mercados y exposiciones del sudeste asiático, trayendo consigo mercancía de países como China, India, Singapur y Taiwán. Esculturas colosales, dioses y santos de todos los credos, dinosaurios, candelabros y hasta ropa y accesorios convergen en los pasillos de Galerías el Triunfo, reuniendo uno de los inventarios más fantásticos que se puedan encontrar en la ciudad. 

El pretexto para visitar Galerías el Triunfo puede ser cualquiera, y resistir la tentación de husmear entre sus corredores y estanterías es realmente complicado. Pero vale la pena aclarar que no todas las tiendas son iguales, pues algunas cumplen con roles específicos dentro de la organización. La de la calle Marcelo Buendía, muy cerca de la Central de Abastos en Iztapalapa, funciona como un showroom en donde se realizan pruebas de exhibición que, después, tratarán de ser replicadas en las sucursales que cuenten con modalidad display.

Una de ellas es la de 16 de septiembre, que ofrece escaparates completamente ornamentados para que el cliente se inspire y reproduzca la escena en su propio espacio. El almacén de Universidad, por otra parte, es mucho más grande pero su área de exhibición se limita a la parte frontal del recinto. El stock es abundante y puede ser tomado directamente de los anaqueles sin la necesidad de pedir ayuda a los vendedores, que también hacen las veces de decoradores de interiores.

En su página de Internet, Galerías el Triunfo sostiene que desde 1981 su objetivo es “decorar todos los hogares mexicanos con los mejores y más novedosos productos”, promesa cumplida a cabalidad pues no importa si necesitas un florero o la estatua de un Tiranosaurio Rex, en sus aparadores podrás encontrar exactamente eso que estás buscando. Para conocer sucursales y horarios, visita su sitio web oficial.