El próximo domingo 11 de agosto habrá una caminata en Xochimilco, el hábitat del mítico ajolote. Todo es para que las personas al ver el hábitat y al ver a las especies, ayuden a la conservación y reconstrucción de su hogar. Esta es otra forma de conocer esta zona tan especial para la ciudad, mucho más cercana a los paisajes cotidianos de los locales y lejos de la zona turística.

Los habitantes de la zona chinampera van a ser los guías del recorrido biocultural, lo cual significa conocer partes de la zona que uno no conocería si va solo. Aparte, el paseo incluye el transporte en trajinera, un bocadillo y un souvenir. Los fondos recaudados de esta experiencia se van a el programa de reinserción del ajolote en su hábitat natural.

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Axolotitlán y Umbral Axochiatl Xochimilco son las asociaciones a cargo de este evento. Ambas son refugios que cuidan y conservan el hábitat y los diferentes tipos de esta peculiar especie, que puede regenerar todas las partes de su cuerpo y que por su bella rareza recibe de cariño el seudónimo de monstruo de agua.

Los ajolotes: bellos monstruos de agua

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Los ajolotes son animales muy especiales incluso en su evolución. En realidad no son peces sino batracios, eso quiere decir que están en una escala evolutiva entre los reptiles y los peces. Además son imprescindibles para la conservación de los cultivos porque devoran una gran cantidad de larvas e insectos que pueden resultar nocivos. No es casualidad que su hábitat sea Xochimilco.

Además de ser endémico, era alimento de los antiguos mexicanos, quienes creían que comerlo aumentaba la capacidad de fertilidad y que tenía flujos menstruales igual que la mujer. Lo comían frito, asado o cocido y consideraban que su forma era divertida, incluso lo llamaban juego del agua. Tampoco ha pasado inadvertido para la literatura, Cortázar decía que los axólotl tenían “una metamorfosis que no conseguía anular una misteriosa humanidad.”

Una de las mejores maneras de ayudar al ajolote es ir a estos recorridos, que se organizan periódicamente. Además, si se salva el ajolote de la extinción, se salva también su hábitat: Xochimilco.

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