Hay veces que uno quisiera alejarse de la ciudad por un ratito, salir del caos, del ruido y de la gente, aunque sea por un momento. Estos cuatro lugares ofrecen un espacio para leer, relajarse o recostarte y olvidarse por completo de que ahí afuera hay una ciudad que sigue andando.

1. Bosque Sonoro en Chapultepec
En uno de los jardines exteriores del Bosque de Chapultepec, está el Bosque Sonoro, a saber: un sistema multicanal de ocho bocinas de alta fidelidad en medio de los árboles y con vista al lago. El Bosque Sonoro se inauguró en 2014 con el proyecto Musgos, de Tito Rivas.

bosque sonoro

El Bosque Sonoro se inauguró en 2014 con el proyecto Musgos, de Tito Rivas. El propósito de este jardín va en sintonía con la “ecología acústica”, que promueve la reflexión sobre el ambiente sonoro que nos rodea, la manera en que el ser humano interactúa con el medio ambiente por medio del sonido y cómo éste lo afecta. Se va ahí a caminar entre los árboles y sumergirse en una experiencia acusmática de contemplación sonora.
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2. Jardin Sonoro de la Fonoteca Nacional
El Jardín Sonoro es para ir a descansar del ruido del mundo y sumergirse en experiencias acusmáticas: tiene varias bocinas dispuestas alrededor del jardín que reproducen piezas selectas de arte sonoro o del catálogo de archivo. El diseño del jardín fue proyectado por el paisajista holandés Kees van Rooij, quien se enfocó en optimizar el espacio en función de las necesidades y actividades de la Fonoteca Nacional.

Fonoteca Nacional

En un día normal, las bocinas se activan cuando detectan movimiento; puedes ir a leer allí un domingo y disfrutar música de concierto, piezas de arte sonoro, composiciones experimentales y obras poéticas. Cada mes cuentan con una oferta de programación distinta.
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3 . Espacio de Experimentación Sonora (EES) en el MUAC
El lugar es un rincón del Museo Universitario Arte Contemporáneo, un cuartito que no figura mucho ni en el catálogo de programación ni en el espacio físico, pero ésa es parte de su belleza. El Espacio de Experimentación Sonora de la UNAM conforma un lugar para la creación, producción y reproducción de piezas de arte sonoro, donde uno entra y se aísla por completo del mundanal ruido para envolverse en algo más.

muac

El diseño y la construcción estuvieron a cargo de Spickatto Studios y se estrenó en 2010 con Cubo 1, una obra del maestro Antonio Russek. Desde entonces, muchos de los mejores compositores de arte sonoro han diseñado alguna pieza para este recodo acústico que se adapta y responde a diversos ambientes sonoros. Y todo huele a cedro blanco.
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3. Audiorama Chapultepec
En uno de los rincones escondidos del Bosque Chapultepec está la caverna de Cincalco, una especia de gruta prehispánica que era considerada por los mexicas como un pasaje entre el mundo de los muertos y los vivos. Ahí, en esa misma área se encuentra el audiorama de Chapultepec. Una especie de escondite natural que te aleja del ruido para acerarte a la naturaleza y poco a poco perderte en los sonidos que salen de sus ocho bocinas ubicadas estratégicamente alrededor de las bancas de colores donde uno puede sentarse a leer o recostarte a escuchar la programación musical tan atinada para ese espacio.

audiorama chapultepec

La programación musical depende del día de la semana. De martes a domingo suena música clásica de 9 a 11 de la mañana, con excepción del domingo que es todo el día de música clásica. Los martes se escucha new age y los miércoles música tradicional mexicana, mientras que los jueves suena world music. Los viernes uno puede disfrutar de música jazz y los sábados música chill out.
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