La Plaza de Santo Domingo en el Centro Histórico de la CDMX es conocida entre los capitalinos por el rumor de que aquí puedes encontrar cualquier tipo de documento que necesites. Este lugar, a pesar de su dudosa fama actual, ha sido parte importante de la historia de la ciudad y ha visto pasar monjes, inquisidores y hasta la Malinche.

La Plaza de Santo Domingo alrededor de 1890.

Como todo el Centro Histórico, lo que hoy conocemos como la Plaza de Santo Domingo fue parte de la antigua ciudad azteca: de acuerdo con varios investigadores aquí estuvo ubicada la casa de Cuauhtémoc, el último tlatoani mexica, pero con la llegada de los colonizadores esta zona fue destruida para dar paso a nuevas construcciones. Si bien ya existían algunas casas en esta zona, fue hasta 1526 que comenzó a tomar forma esta zona de la capital con la llegada de la Orden de Predicadores, es decir los dominicos.

En Los Portales, en 1900.

En un principio, la orden se instaló en una casa donación de la Familia Guerrero, ahí estuvieron durante tres años hasta que comenzó la construcción del convento. La corona les donó seis solares, esto significa que el convento abarcaría una cuadra enorme delimitada por las calles que hoy conocemos como República de Brasil, República del Perú, Belisario y República de Chile. No obstante el gran terreno, la investigadora Martha Fernandez señala que, los monjes aseguraban que el rey Carlos V les había cedido además la plazuela frente al atrio –para “desahogo del convento y funciones de la iglesia”. Por esta razón se dice que los dominicos son los creadores de la plaza “para dar vista y esplendor a su iglesia”.

Plaza de Santo Domingo 1906.

Además de los dominicos, uno de los habitantes de la Plaza de Santo Domingo durante la colonia fue la Inquisición en 1571. El Santo Tribunal de la Inquisición requirió se adaptara el espacio para sus funciones; se crearon una Sala de Audiencia, Sala de Juzgados, Cámara del Secreto, una capilla provisional y habitaciones para los inquisidores, para el alcaide de la cárcel y para el portero, así como algunas celdas. Actualmente este edificio es el Museo de Medicina de México.

Plaza de Santo Domingo 1933.

En el siglo XVII se instaló en Santo Domingo la Aduana, pero fue hasta 1734 que se construyó un edificio que hoy en día alberga oficinas de la SEP. Otras de las edificaciones que sobresalen en la plaza es la supuesta casa de la Malinche. La arquitecta Ethel Herrera Moreno menciona que en 1527 se asentaron Malinche y Juan Jara Millo en 1527. En esta construcción del siglo XVIII, hoy en día se encuentra una escuela primaria y aunque en un tiempo los muros estuvieron recubiertos de sillares de tezontle fueron aplanados y pintados.

Escribano en 1949.

Los Portales son sin duda un elemento característico en la plaza. Este edificio se construyó en el siglo XVII, entonces eran conocido como de la Natividad o del Coliseo Viejo, pero después de la independencia se les denominó Portales de los Evangelistas porque aquí se colocaron los escribientes llamados evangelistas; cuando la gran mayoría de la población no sabía leer o escribir acudían con ellos para leer o escribir cartas y documentos.

La Plaza de Santo Domingo en 1960.

Con el paso del tiempo cambiaron las plumas por las máquinas de escribir y eventualmente este oficio desapareció, pero aún hoy se ha quedado el recuerdo de su presencia y a cambio podemos encontrar algunas imprentas.

La Plaza de Santo Domingo en 1966.