A unos cuantos pasos de Avenida Universidad, un escondido entre grandes árboles, se encuentra uno de los edificios públicos que mejor representan el modernismo en México: el CAPFCE (Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas) de Francisco Artigas. Aunque hace poco cambió de nombre, el edificio de esta fábrica de escuelas se conserva intacto por el tiempo y los cambios políticos.

La arquitectura fue uno de los principales medios para consolidar el México moderno. Después de la revolución y hasta la década de los 60 se crearon grandes obras públicas como hospitales, la Universidad Nacional y unidades habitacionales, entre otros. La educación, por su parte, fue otro de los proyectos posrevolucionarios más importantes, pues se buscaba alfabetizar al mayor número de personas, para ello era necesario construir escuelas, así, tanto el proyecto educativo como la arquitectura moderna en México se unieron.

En 1944, bajo el gobierno de Manuel Ávila Camacho y Jaime Torres Bodet como secretario de educación, se crea el Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas (CAPFCE) con el cual se buscaba resolver el problema de falta de escuelas. Para ello se contó con la participación de grandes arquitectos como José Villagrán García, José Luis Cuevas Pietrasanta, Mario Pani y Enrique Yáñez, así como el todavía estudiante Pedro Ramírez Vázquez, quien más tarde se convertiría en gerente general nacional del CAPFCE.

De acuerdo con el informe de acciones del CAPFCE de 1964 durante el sexenio de Adolfo López Mateos, se construyeron: 744 aulas, talleres y laboratorios en ciudades del país para la Enseñanza Normal; 725 aulas, laboratorios y talleres para la enseñanza nivel media superior, y 29 CECATIS. Además de 21 mil 815 aulas de enseñanza primaria con la “Aula Casa Rural Prefabricada” modelo creado por Ramírez Vázquez y que fue donado a la UNESCO para la construcción de escuelas en otros países: cuatro en Italia, dos en Ecuador, dos en Cuba, tres en Perú, 46 en Yugoslavia, dos en Bolivia, dos en Colombia, seis en Brasil, dos en Nicaragua; y envió dos en India, dos en Indonesia y dos en Filipinas.

Para el gobierno de Díaz Ordaz, el arquitecto Francisco Artigas fue nombrado Gerente del CAPFCE y más allá de continuar con la labor de construcción de escuelas, su paso por esta institución marcó un punto de referencia gracias a la construcción de las oficinas centrales del CAPFCE en 1967. Si bien la obra de Artigas se centró en la arquitectura habitacional de estilo regional, las oficinas del CAPFCE son, al contrario, uno de los mejores ejemplos de arquitectura internacional que se conserva casi intacto hasta hoy.

En la calle Vito Alessio Robles, en la colonia Florida, se encuentra este edificio conformado por un solo volumen rectangular, que por fuera da la impresión de ser una sola planta, pero en realidad se trata de tres niveles, incluido un estacionamiento subterráneo. Sin embargo, su mayor atractivo son sus columnas de mármol blanco y su fachada de cristal que dialoga con la vegetación y el agua a su alrededor.

Foto vía Sigrid Decramer.

El edificio del CAPFCE se encuentra rodeado de un amplio jardín que se extiende hasta la calle y da la impresión de estar aislado de todo el ruido de la ciudad. Las fachadas principales están conformadas por espejos de agua en donde la vegetación, la luz y el edificio se reflejan. Dentro del edificio se encuentra un patio/jardín que permite la entrada de luz y ventilación natural, y es una forma de traer la vegetación de afuera al interior.

El edificio del CAPFCE —hoy INIFED— sigue los principios de la obra de Mies Van Der Rohe, Le Corbusier o Neutra, y al mismo tiempo logró materializar el deseo de mostrar la estabilidad y grandeza del Estado a través de materiales y formas sencillas pero contundentes y consolidar la idea del México moderno.