22 de septiembre 2025
Por: Fernanda Torresco

Vivir en arte: Marta Minujín y la poética de lo cotidiano

Kurimanzutto presenta Vivir en arte, la primera exposición en México de Marta Minujín. Una muestra que transforma lo cotidiano en materia estética y experiencia política.

¿El arte imita la vida o la vida al arte? En Kurimanzutto, Marta Minujín propone otra posibilidad respecto a Vivir en arte, su primera exposición en México. Su práctica revela cómo cada gesto de lo cotidiano se vuelve materia estética y deseo de transformación. La artista argentina recuerda que el arte no son objetos pasivos, sino pensamiento, experiencias y otro modo de habitar el mundo desde una intimidad que inevitablemente se vuelve política.

En la muestra, Minujín lee la vida misma desde un análisis poético que se encuentra en lo minucioso de sus actos, en los objetos comunes y en las repeticiones que suelen pasar desapercibidas. Su propuesta se sostiene en un registro afectivo, íntimo y personal, que entiende el arte no como un territorio separado de la existencia, sino como una fuerza que la constituye y atraviesa. Cada pieza abre así la posibilidad de mirar lo cotidiano con otros ojos, capaces de descubrir, en lo que podría parecer banal, un sentido que el color y la materia hacen visible. 

El diseño de las ciudades, con edificios verticales que parecen tocar el cielo, ha moldeado nuestra manera de concebir el espacio. Pero qué tanto cambiaría nuestra percepción si se invirtiera de forma horizontal. Lo primero que se encuentra al entrar a la galería es El obelisco acostado (1978), que parte a la mitad el espacio y, con ello, el recorrido. En primera instancia, la réplica del obelisco de la Plaza de la República de Buenos Aires, impone no solo por su tamaño, sino también porque invita al público a transitarla. En su interior, dos sillas y una pantalla proyectan videos de la artista que cuestionan la forma escultórica del obelisco, su origen y la mitología que lo rodea, revelando una autoridad simbólica ahora accesible.

En los muros destacan los colchones que han caracterizado la producción de Minujín, donde el color y la suavidad de la estructura convierten estos objetos en esculturas que resignifican su función cotidiana: dormir. A principios de los años sesenta en París, la artista experimentó con colchones desechados que encontraba en calles cercanas a hospitales, pintándolos con motivos inspirados en las minifaldas de la época. Su paleta de colores llena de vida un objeto que, en el uso diario, suele pasar desapercibido, pero que guarda una intimidad más relevante de lo que imaginamos. Minujín señala cuánto tiempo pasamos sobre colchones, lo que vivimos en ellos y lo que conocen de nosotros. Nuestro placer, nuestro dolor, nuestro verdadero ser.

En Vivir en arte, la serie de colchones muestra una tonalidad vibrante que sugiere movimiento, no solo por el entrelazamiento de la tela, sino por las rayas de colores que transforman las esculturas en objetos capaces de intervenir el espacio y replantear su uso. Cada pieza remite a un afecto que evoca el juego, lo efímero, la diversión, el caos y la profundidad de la intimidad.

@kurimanzutto
Gobernador Rafael Rebollar 94, San Miguel Chapultepec

Exit mobile version