18 de septiembre 2025
Por: Estefanía Fink

Marie Hazard: la sombra que teje en mí

Del 18 de septiembre al 1 de noviembre en Valladolid 33, la artista francesa Marie Hazard presenta “La sombra que teje en mí”, un recorrido donde el tejido deja de ser superficie para volverse paisaje, arquitectura y refugio.

Hay artistas que trabajan con pintura, otros con piedra, con video o con sonido. Marie Hazard trabaja con hilo, pero no para hacer tapices planos ni superficies decorativas, sino para levantar espacios: columnas, pasajes, arquitecturas que respiran. Con La sombra que teje en mí, la francesa aterriza por primera vez en México, en Valladolid 33 (Roma Norte), del 18 de septiembre al 1 de noviembre.

La historia del textil en el arte siempre fue incómoda. Durante décadas se consideró “artesanía” o “trabajo femenino”, relegado al margen de los grandes discursos. Ya en los sesenta, la polaca Magdalena Abakanowicz declaraba: “Busco mi propio espacio”, rompiendo con la idea del tapiz como adorno para el muro. Hazard recoge esa herencia y la lleva a otra escala: el hilo como territorio, el telar como cuerpo, el tejido como coreografía.

Porque Hazard, antes que artista textil, fue bailarina. Y eso se nota. Teje como quien compone un movimiento: cada repetición es un pulso, cada torsión un paso. Sus materiales son igual de libres que sus gestos: lino, rafia, cobre, plata, papel, cámaras de llanta recogidas en la calle. Algunos nobles, otros crudos o reciclados, todos con memoria propia. En sus manos se transforman en algo más: refugios, umbrales, paisajes íntimos.

El recorrido

La expo está pensada como un viaje en tres tiempos.

Entre esas salas aparece también Tressage, una pieza negra, imponente, hecha con cámara de neumático. Una mezcla entre corsé y armadura, pero también respiración contenida: la tensión vital del material urbano vuelto cuerpo.

El sentido del tejido

Para Hazard, el textil no es superficie: es lenguaje. A veces se lee como un poema fragmentado; a veces como un refugio abierto. Sus obras invitan a caminar, a atravesar, a quedarse en silencio. No construyen muros cerrados, sino pasajes porosos. Lo suyo es un espacio que se comparte y al mismo tiempo recuerda lo íntimo.

La sombra que teje en mí es una invitación a habitar el textil de otra manera. A entrar en esa “habitación propia” que Virginia Woolf soñó para las mujeres y que Hazard convierte en arquitectura flexible, en memoria viva, en un lugar que se abre al mundo desde la Roma Norte.

Valladolid 33, Roma Norte, CDMX
Del 18 de septiembre al 1 de noviembre

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