24 de octubre 2025
Por: Estefanía Fink

Chris Koehn: el arte como pausa interior

El arquitecto y músico Chris Koehn presenta Into Stillness en Galería 32, una exposición que convierte el silencio y el vacío en lenguaje visual.

Los lienzos de Chris Koehn respiran un silencio que no es ausencia, sino presencia. Su exposición Into Stillness, que se inauguró en Galería 32, no busca llenar ni impresionar: invita a detenerse. Cada obra es un instante detenido, una pausa que no solo se ve, sino que se siente. “Mientras más lo analizo, creo que mi misión en esta vida es compartir la idea de conectar con esa calma que todos llevamos dentro y a veces nos cuesta tanto sentir”, confiesa Koehn.

Arquitecto, músico y pintor, Koehn entiende la creación como un acto de canalización. “Dejar el ego de creador a un lado, entender que solo somos medios para transmitir la magia creativa del universo”, dice. Sus ideas surgen de la quietud: espacios de 1-2 horas al día en los que pinta o hace música sin objetivo más que recibir lo que el cosmos le ofrece. La meditación y la naturaleza son sus acompañantes en este proceso de apertura.

La calma interior se traduce visualmente en composiciones minimalistas, donde el blanco domina, pero no como vacío pasivo: cada pincelada es un suspiro, y el uso del espacio negativo un eco del silencio. Inspirado en la simplicidad japonesa, el ikebana, la arquitectura de Mies van der Rohe, la música de Brian Eno y la escultura de Chillida, Koehn explora la ausencia no como escasez, sino como potencia. “Posiblemente lo que une a todos esos universos es entender la ausencia como algo bello, no desde un lugar de escasez”, explica.

El vacío de sus lienzos funciona como metáfora de la vida: enfrentar el miedo a no tener, al espacio que parece faltar, permite descubrir paz y libertad. La pintura se convierte entonces en un instrumento de sanación. Tras la muerte de su hermano, regresar a la música y la pintura fue un acto liberador. La creación no solo reconstruye, sino que conecta con lo que siempre ha existido: la calma que llevamos dentro.

Observar Into Stillness es una experiencia activa: requiere detenerse, mirar con atención, dejar que cada pieza te hable. “Quisiera que el espectador sienta calma, y que al hacerlo pueda escucharse a sí mismo”, dice Koehn. Es un proceso de introspección que no se impone, sino que se ofrece: un diálogo silencioso entre la obra y quien la contempla, donde cada respiración, cada espacio vacío, tiene su propio ritmo.

La exposición revela la convergencia de todas sus disciplinas. Arquitectura y música no son solo antecedentes; son formas de pensar el espacio y el tiempo. El ritmo de un lienzo se asemeja al tempo de una pieza musical, la textura de la pintura remite a la sensación de un material físico, y la memoria sensorial se activa en cada gesto. Todo es parte de un mismo tejido: la experiencia de la obra y la vivencia del espectador se entrelazan.

En Into Stillness, Chris Koehn demuestra que menos puede ser mucho, que la pausa y el silencio son tan potentes como cualquier gesto desbordante, y que el arte es un canal que nos invita a mirar adentro. Entre la arquitectura, la música y la pintura, entre el vacío y la luz, la obra se convierte en un mapa para aprender a habitar nuestra propia calma.

Fotografías: Mariana Arriaga vía IG.

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