A veces el tiempo se siente como algo que se puede tocar. En los nuevos frescos de Anri Sala, lo que normalmente flota —una nube, una ráfaga, un instante— se vuelve sólido, incrustado en yeso. La galería Kurimanzutto presenta su tercera exposición del artista albanés, abierta del 18 de octubre al 13 de diciembre de 2025, donde Sala revive una de las técnicas más antiguas de la pintura —el fresco— para hablar de algo profundamente contemporáneo: cómo el tiempo se inscribe en las cosas.

Conocido por su manera de expandir el lenguaje del cine, el sonido y la imagen, Sala lleva ahora su mirada a lo táctil. En Surface to Air (2023–presente), transforma fotografías de nubes tomadas desde la ventanilla de un avión en paisajes pintados sobre yeso húmedo, mezclando pigmentos y fragmentos de mármol. Los remolinos del mineral y las pinceladas de aire dialogan entre sí, creando una especie de geología de lo efímero.

En otro grupo de obras, el artista reinterpreta fragmentos de frescos renacentistas —de Fra Angelico o Masaccio— con una inversión cromática derivada de la fotografía analógica. Así, contrapone dos temporalidades: la inmediatez del clic y la lentitud del secado del yeso. Es un juego de espejos entre lo que se desvanece y lo que permanece.

También presenta Tracing Vista, dibujos sobre papel perforado que remiten al antiguo método del spolvero, donde el polvo de grafito servía para transferir los contornos de una imagen al muro. En la sala, estos fragmentos flotan como rastros del proceso, suspendidos entre lo que fue y lo que todavía está por fijarse.

En México, donde el fresco evoca inevitablemente a Rivera, Orozco y Siqueiros, la obra de Sala se siente como una contra-mirada: en lugar de narrar la historia colectiva, se detiene en la respiración del instante. Si el muralismo buscaba dejar una huella definitiva, Sala parece interesado en lo contrario: en cómo el tiempo borra, filtra, erosiona.

Con esta exposición, Kurimanzutto se convierte una vez más en un espacio donde las preguntas sobre la historia, la imagen y la memoria se piensan con los materiales mismos. En los muros de yeso y mármol, lo antiguo y lo digital, lo aéreo y lo mineral, se encuentran a mitad del aire.